El incendio de McKinney al estede California, una pequeña localidad de apneas 100 personas,  estalló el viernes pasado permaneció fuera de control, a pesar de  ya que los los esfuerzos de los bomberos locales, quienes aprovecharon las tormentas eléctricas que arrojaron lluvia y temporalmente eliminó un poco de calor de la región reseca y quemada, no lejos de la frontera con Oregón.

El área vio otra tormenta eléctrica el martes que expusló fuertes lluvias y ríos desbordados. El incendio ha quemado 228 kilómetros cuadrados  y es el más grande de varios incendios forestales que arden en el Bosque Nacional Klamath.

El incendio no creció el martes, y los bomberos dijeron que los equipos pudieron usar excavadoras para tallar cortafuegos a lo largo de una cresta para proteger casas y edificios en la sede del condado. La destrucción de una pequeña comunidad se ha convertido tristemente en una posibilidad real a medida que los incendios forestales se vuelven más feroces en el oeste de los Estados Unidos.

Los incendios forestales en Montana, Idaho y Nebraska han destruido algunas casas y continúan amenazando a las comunidades. Hace apenas cuatro años, un incendio masivo en las estribaciones de Sierra Nevada de California, arrasó la ciudad de Paradise, en el condado de Butte, matando a 85 personas.

Los científicos han dicho que el cambio climático ha hecho que Occidente sea más cálido y seco en las últimas tres décadas y continuará así más extremo y los incendios forestales más frecuentes y destructivos.

Cuando comenzó, el incendio tenía solo un par de cientos de hectáreas y los bomberos pensaron que lo tendrían rápidamente bajo control, pero una célula de tormenta eléctrica entró con feroces ráfagas de viento que en cuestión de horas la habían empujado a una conflagración imparable.