Enrique Peña Nieto jurará mañana como nuevo presidente de México y con su investidura el histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó la mayoría del siglo XX de manera hegemónica, volverá al poder después de un paréntesis de 12 años.

Desde la fundación del PRI, en 1929, solo dos presidentes no han salido de sus filas: el conservador Vicente Fox, que logró la alternancia en 2000, y su correligionario Felipe Calderón, a quien le toca ahora entregar nuevamente al PRI la banda presidencial.

Peña Nieto, un abogado de 46 años con posturas de centro y casado con la actriz de telenovelas Angélica Rivera, será presidente desde el primer minuto del 1 de diciembre como resultado de su victoria en las elecciones de julio.

Sus prioridades son reducir la violencia criminal, reactivar el crecimiento y el empleo y concretar una serie de reformas, destinadas a abrir el sector energético al capital privado manteniendo el control estatal, aumentar la recaudación fiscal y mejorar el sistema de seguridad social.

El nuevo presidente está obligado a pactar con otras fuerzas políticas, ya que el PRI no tiene una mayoría propia en el Congreso.

En tanto, Calderón, a vísperas de entregar la Presidencia promulgó ayer una reforma laboral que impulsa la competitividad y la productividad, al tiempo que fortalece los derechos de los trabajadores y la transparencia sindical.