Pederastas se esconden tras secreto pontificio
Ante las crecientes críticas por el alto grado de confidencialidad utilizado para tratar los casos de abusos sexuales contra menores cometidos en el seno de la Iglesia católica y silenciar a las víctimas, el papa Francisco ordenó eliminar el llamado secreto pontificio que cubría a los sacerdotes y religiosos pederastas.
La Iglesia católica es golpeada por cientos de escándalos de sacerdotes pederastas y pedófilos en todo el mundo en los últimos 30 años. El papa Francisco prometió tolerancia cero para estos delitos, pero las víctimas exigen justicia y que se castigue a los responsables y encubridores de estos crímenes.
Con la nueva instrucción, que entrará en vigor de forma inmediata, no estarán sujetas al secreto pontificio las denuncias, los procesos y decisiones concernientes a esos casos de abusos.
También se prohíbe imponer una obligación de guardar silencio a quienes denuncian abusos sexuales o alegan que fueron víctimas, algo sobre lo cual el Vaticano emitió en mayo otra ley donde se estipula que las víctimas no pueden ser silenciadas y tienen derecho a conocer el resultado de los juicios canónicos.
“Esta es una decisión de época”, dijo a Radio Vaticano el Arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien es el investigador de abuso sexual con más experiencia del Vaticano.
El levantamiento del secreto pontificio en las investigaciones de abuso sexual fue una demanda clave de los líderes de la Iglesia, incluidos Scicluna y el cardenal alemán Reinhard Marx, en una cumbre sobre abuso sexual celebrada en el Vaticano en febrero pasado.
Entonces, Marx les dijo que “cualquier objeción basada en el secreto pontificio sería relevante solo si es posible indicar razones convincentes” pero que “tal y como están las cosas, no conozco estas razones”.
Marx exhortó a establecer normas procesales o transparentes y reglas para los procesos eclesiásticos. “Los procesos y procedimientos establecidos para procesar los delitos fueron deliberadamente ignorados, e incluso cancelados o anulados. Los derechos de las víctimas fueron pisoteados y dejados a merced de cada individuo”, lamentó.
Scicluna argumentó que el secreto en casos de abuso sexual de menores estaba desactualizado y funcionarios de la Iglesia se esconden detrás de él en lugar de cooperar con las autoridades.
“Ciertas jurisdicciones citaron el secreto pontificio para decir que no podían y que no estaban autorizados a compartir información con las autoridades estatales o las víctimas”, dijo Scicluna. “Ahora ese impedimento se eliminó y el secreto pontificio ya no es una excusa”, añadió.
Además, Francisco estableció como delito la adquisición, posesión o divulgación de imágenes pornográficas de menores de 18 años por parte de un clérigo, y no solo de 14 años, como hasta ahora.
Las nuevas normas son una enmienda al derecho canónico, un código legal que detalla la justicia eclesiástica para delitos contra la fe. Los cambios afectan a los abusos sexuales a menores o personas vulnerables cometidos por sacerdotes, obispos o cardenales. El peor castigo que puede recibir un sacerdote es ser expulsado del clero.
Davide Cito, profesor de la Universidad de la Santa Croce en Roma, considera que las normas permitirán que “Estado e Iglesia colaboren en la búsqueda de la verdad en casos fundamentales”. En la práctica habrá que ver cómo se adaptará en cada país. (I)