Entre lágrimas y besos, Jorge Armando Pérez se casó con Corina Chávez este viernes en el interior de una cárcel en la localidad fronteriza mexicana Ciudad Juárez, donde hace siete meses fue sentenciado a 40 años acusado de extorsión.

"Mis hijos ya me pedían una foto de la boda", dijo a la AFP el mexicano de 37 años que, tras vivir toda su vida en El Paso, Texas, fue deportado a México hace siete meses.

Fue en esa ciudad estadounidense donde inició su relación con Chávez hace cerca de tres años. Entre los dos tienen seis hijos, cuatro de ellos de anteriores relaciones.

Tras el enlace, en el que Corina, de 35 años, tomó la mano de su pareja para sellar su unión ante las autoridades y familiares, dijo que los miércoles, sábados y "todos los días que se pueda", acudirá a visitar a la cárcel a su nuevo esposo.

Ambos son parte de un grupo de 63 parejas que decidieron casarse dentro de la cárcel de Ciudad Juárez, que alberga unos 3.100 presos.

Las historias de otras parejas son similares: "nos queremos mucho, él me quiere, yo lo quiero, queremos hacer una vida saliendo de aquí", dice una mujer que evitó dar su nombre, quien esperará dos años a que salga su nuevo marido de la cárcel, donde está detenido por posesión de drogas.

"Está bien hermosa", le responde su nuevo esposo, quien asegura haberla conquistado con chocolates, pasteles y cuadros hechos por él mismo en la cárcel.

La intención de las autoridades locales es dar seguridad jurídica a la pareja e hijos de los internos, "pero sobre todo es la unión familiar y la adquisición de valores dentro de la familia", según René López Ortiz, director del penal. (I)