El Sumo Pontífice inicia hoy su agenda en México, no se reunirá con los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa
Dos credos se acercan
El papa Francisco, jefe de la Iglesia católica romana, y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill (Cirilo), sostuvieron ayer un esperado e histórico encuentro, en La Habana. Es la primera vez que los líderes de las 2 de las principales ramas del cristianismo se reúnen desde que ambas se separaron en el año 1054.
El interés de Francisco en el encuentro estaba claro desde, al menos, noviembre de 2014, cuando al regreso de un viaje a Estambul reveló que había hablado por teléfono con Kirill y que le había dicho: “Iré adonde quieras. Llámame y yo voy”.
Para hacer realidad esa cita, Francisco hizo una escala de 3 horas en su viaje rumbo a México y aterrizó ayer en la capital cubana a las 14:00 hora local (19:00 GMT), donde Kirill ya se encontraba desde el jueves en una visita oficial.
Francisco descendió por la escalerilla del avión y fue recibido por el presidente cubano Raúl Castro. “Esto es un viaje colmado por compromisos, que ha sido deseado por mi hermano Kirill, por mí y por los mexicanos”, dijo el Papa a los periodistas que viajan con él en el avión.
Castro, un confeso ateo comunista de 84 años, no solo ofició como el anfitrión, sino que es reconocido como el facilitador de este acercamiento dentro del mundo cristiano.
Los dos líderes religiosos, que representan a unos 1.330 millones de cristianos entre católicos (la gran mayoría) y ortodoxos rusos, se reunieron en una sala del aeropuerto José Martí.
El Papa argentino, Jorge Bergoglio, y el patriarca ruso -cuyo nombre secular es Vladímir Mijáilovich Gundiáyev-, en sus atuendos habituales, comenzaron su charla ante los destellos y ruidos de las cámaras, que apenas dejaban escuchar sus palabras.
En el diálogo además participaron el metropolita Hilarión (canciller ortodoxo ruso) y el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo de Unidad de los Cristianos.
Al final del encuentro los jerarcas suscribieron una declaración conjunta, que incluye temas como la situación de las comunidades cristianas en el Medio Oriente y en el norte y centro de África, blanco de las persecuciones y genocidio.
Después de esta entrevista, Francisco siguió su viaje hacia México, donde efectuará una visita pastoral hasta el 17 de febrero.
Por su parte, Kirill continuó su estancia en Cuba, que se prolongará hasta mañana, durante la cual ofrecerá una divina liturgia en la Catedral Nuestra Señora de Kazán y colocará una ofrenda floral al Soldado Internacionalista Soviético, entre otras actividades.
¿Por qué la cita en Cuba?
Kirill, desde enero de 2009 en el trono ortodoxo, y Francisco, el primer obispo de Roma latinoamericano elegido en marzo de 2013, hicieron coincidir esta vez sus visitas pastorales al exterior para encontrarse en Cuba.
La isla tiene una ubicación única e ideal para la reunión: lejos de las batallas territoriales entre católicos y ortodoxos en Europa, además de que es un país familiar para el primer Papa de origen latinoamericano, pero igualmente familiar con la iglesia rusa, dados sus antecedentes antiestadounidenses y su legado soviético.
“Cuba es de hecho un lugar profundamente espiritual en términos de prácticas afrocubanas no es, ni nunca ha sido un lugar muy religioso en el sentido católico formal’’, explicó el analista y experto en Cuba del Baruch College de Nueva York, Ted Henken.
“Creo que este hecho junto con su conexión única geopolítica de Rusia se ha convertido en un ‘terreno neutral’ ideal y de confianza para dicha reunión”.
El Vaticano espera que el encuentro mejore las relaciones con otras iglesias ortodoxas y estimule los avances en el diálogo sobre las diferencias teológicas que han dividido al cristianismo del Oriente y el Occidente desde el Gran Cisma de 1054.
Los observadores ortodoxos creen que la disposición de Kirill de reunirse finalmente con un Papa tiene menos que ver con cualquier deseo nuevo de acercamiento ecuménico y más con un deseo de la iglesia ortodoxa por mejorar su imagen en un momento en que Rusia está cada vez más bajo el fuego de Occidente por sus acciones militares en Siria y Ucrania.
Kirill, un consejero espiritual del presidente ruso Vladimir Putin, dirige la más poderosa de las 14 iglesias ortodoxas independientes que se reunirán durante el tercer trimestre en Grecia para el primer sínodo panortodoxo en siglos.
“Esto no es benevolencia. No es un deseo recién descubierto de unidad entre los cristianos’’, opinó George Demacopoulos, presidente griego-ortodoxo de estudios cristianos ortodoxos en la Universidad de Fordham, en Nueva York. “Es casi en su totalidad la postura (de Kirill) y de tratar de presentarse como el líder de la ortodoxia”.
Desde Pablo VI, los papas se han reunido con el patriarca ecuménico con sede en Estambul, quien es considerado el “primero entre iguales’’ en la fe ortodoxa de 250 millones de personas y el único patriarca que puede hablar por la ortodoxia mundial. La Iglesia rusa es la más grande, más rica y poderosa de esta rama, y siempre se ha mantenido alejada de Roma.
Los católicos y los ortodoxos se han mantenido distanciados por muchas cuestiones, como la primacía del Papa y, más recientemente, las acusaciones rusas ortodoxas de que la Iglesia católica ha tratado de ganar conversos en las antiguas tierras soviéticas. Esas tensiones han impedido que papas anteriores hayan podido reunirse con un patriarca ruso. (I)
-------------------------------------------------------------------------------------------
Visitará 4 estados
13.000 policías resguardarán al Papa en México
Después de su escala en La Habana, el papa Francisco llegó anoche a México, en su primera visita a este país, de mayoría católica y con problemas de inseguridad.
Durante casi 6 días estará en 4 estados (Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua) y en 6 ciudades. Lo recibirá una población volcada a las calles, pero también dolida por las desigualdades y la violencia. El jueves medio centenar de presos murieron en un enfrentamiento en una cárcel del norte.
Durante su estancia en el país, Francisco pronunciará 5 homilías, un ángelus y 7 discursos, y estará rodeado en todo momento de un dispositivo de fuertes medidas de seguridad, con un despliegue de unos 13.000 policías federales.
En México, visitará el Palacio Nacional, recorrerá los alrededores del Zócalo, estará en la catedral metropolitana, mantendrá un encuentro con obispos del país y hablará de las “periferias” humanas en Ecatepec, uno de los municipios más grandes, con 4 millones de personas y con un alto nivel de marginación.
Además, visitará Chiapas, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia, en el estado de Michoacán, y Ciudad Juárez.
El último día volará hasta el estado de Chihuahua, ciudad fronteriza con Estados Unidos, en donde visitará el penitenciario “Cereso 3”, que fue en el pasado uno de los más peligrosos del mundo, y en el que hay 3.000 presos, de los que 700 podrán asistir a su discurso. (I)