Papa pide en Líbano a jóvenes musulmanes y cristianos unidad contra guerras
El papa Benedicto XVI hizo hoy un llamamiento en el Líbano a los jóvenes musulmanes y cristianos para que se unan y acaben con la violencia y las guerras en Oriente Medio y Siria, un país que, afirmó, está siempre en sus oraciones.
Así lo expresó en un encuentro con jóvenes en la plaza del Patriarcado maronita (cristiano de Oriente), que estaba a rebosar de fieles no solo cristianos, sino también musulmanes, que no quisieron perderse esta ocasión histórica, ya que es la primera vez que Joseph Ratzinger visita el Líbano en sus siete años de pontificado.
Unas 20.000 personas acudieron a la sede eclesiástica, según los organizadores, equipadas con banderas libanesas y vaticanas, y con ramas de olivo. Jóvenes del Líbano, Siria, Egipto, Chipre y los territorios palestinos, entre otros, se dieron cita en la plaza del Patriarcado para saludar al santo padre.
Dirigiéndose a los sirios, Benedicto XVI admiró su valentía, les aseguró que el papa "no olvida a Siria en sus oraciones y preocupaciones, no olvida a Oriente Medio, que sufre".
"Llegó el momento de que musulmanes y cristianos se unan para poner fin a la violencia y las guerras", exhortó.
También habló a los musulmanes que asistieron al encuentro, a los que solicitó que sean junto a los jóvenes cristianos "el futuro de este maravilloso país y del conjunto de Oriente Medio".
"Tratad de construirlo juntos y, cuando seáis adultos, continuad viviendo en concordia junto a los cristianos", manifestó.
"La belleza del Líbano se encuentra en esta simbiosis -subrayó el papa-. Es necesario que cuando os miren en Oriente Medio comprendan que los musulmanes y cristianos, el islam y la cristiandad, pueden vivir juntos sin odio".
Durante su discurso, el sumo pontífice animó a los jóvenes cristianos y de otras religiones a que no emigren fuera de Oriente Medio.
"Conozco vuestras dificultades en la vida cotidiana a causa de la falta de estabilidad, seguridad, la dificultad para encontrar trabajo o el sentimiento de soledad y marginación", indicó.
"El paro y la precariedad no deben incitaros a probar la miel amarga de la emigración, que conlleva el desarraigo y la separación por un futuro incierto", agregó Benedicto XVI.
Precisamente, uno de los principales objetivos del viaje del santo padre es la firma de la Exhortación Postsinodal del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, celebrado en octubre de 2010, donde se recoge la preocupación por el éxodo de cristianos de la región.
El santo padre firmó ayer el documento y mañana tiene previsto entregarlo a los obispos de la zona en una misa en Beirut.
"Esta tarde, confiamos a la Virgen María y al bienaventurado Juan Pablo II, que me precedió aquí, a los jóvenes del Líbano y de los países de la región, en especial a aquellos que sufren la violencia o la soledad y necesitan conforte. Que Dios os bendiga a todos", añadió.
Uno de los asistentes, Amer, de nacionalidad siria, explicó a Efe que vino hoy expresamente desde Damasco para ver al papa.
"Considero que lo que dijo el papa nos empuja aún más a que no abandonemos nuestra patria. Nos ha traído una esperanza muy grande", señaló el joven de unos veinte años, quien se mostró contento de que el papa mencionara expresamente a Siria.
Al encuentro, titulado "Mi paz os la doy" acudieron, además, personalidades políticas y religiosas del Líbano, como el presidente Michel Suleimán y el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai.
Antes del discurso del papa, Rai remarcó que los jóvenes "aspiran a vivir en paz, justicia y estabilidad para poder realizarse en sus propios países y evitar la emigración".
Para Rai, los jóvenes de Oriente Medio sufren "crisis políticas, sociales, económicas y culturales, que minan su fe y les llevan a perder el verdadero camino de la identidad cristiana".
Benedicto XVI participó en este encuentro con los jóvenes tras reunirse esta mañana con las máximas autoridades políticas y religiosas, ante las que defendió la libertad religiosa como "un derecho fundamental".