Papa: “El poder de ejércitos no basta”
Guanajuato.-
Las “estrategias humanas” y el “poder de los ejércitos” no son suficientes para derrotar el mal, exclamó ayer el papa Benedicto XVI ante miles de fieles en una misa campal en el Parque del Bicentenario en la ciudad mexicana de Silao.
Tras señalar en la multitudinaria ceremonia religiosa que México y el continente viven momentos de dolor y de esperanza a la vez, Benedicto XVI subrayó que el poder de los ejércitos no basta para someter a los demás por la fuerza o la violencia.
El Sumo Pontífice llamó ayer a los mexicanos y latinoamericanos a mirar dentro del corazón en momentos de dolor, un reclamo especial en un país marcado por la violencia que causó 50 mil muertos en seis años.
El obispo de Roma reiteró en la ciudad de Silao (estado de Guanajuato) la necesidad de una nueva evangelización en este continente que conoce a Jesucristo desde hace ya más de 500 años, pero en el que avanza la secularización y la penetración de las sectas y señaló que la misión continental puesta en marcha tras su visita a Aparecida, en Brasil, en 2007, tiene ese objetivo.
Según el Estado Mayor Presidencial, alrededor de 350 mil personas asistieron a la misa, muy inferior a los cálculos iniciales que estimaban entre 600 mil y 700 mil fieles.
Previo al comienzo de la ceremonia religiosa, Su Santidad sobrevoló el Cerro del Cubilete en el último día de actividades antes de partir hoy a Cuba. Además, recibió las llaves de la ciudad guanajuatense de Silao, recorrió en su vehículo el Parque Bicentenario, incluso se colocó un típico sombrero de charro, en medio de las ovaciones de los católicos.
El helicóptero que trasladaba a Benedicto XVI circunvoló la gigantesca imagen de Cristo Rey, de 20 metros y 80 toneladas, que fue destruida durante la Guerra Cristera (1926-1929) entre el gobierno y católicos insurrectos, guerra que marcó un drástico quiebre en las relaciones entre el Estado y la iglesia en México.
Cuando la aeronave descendió en el parque, una multitud, compuesta mayoritariamente por jóvenes, saludó y vitoreó al Papa, quien se trasladó en su papamóvil hasta el altar, cantando “Benedicto hermano, ya eres mexicano”. Banderas de México, pero también de otros países de América Latina se levantaron a su paso.
El Pontífice fue recibido en el altar mayor por el arzobispo de León, José Martín Rábago, quien le dio la bienvenida y le pidió un mensaje de esperanza para que México pueda superar los males que vive, entre los que destacó la violencia y muerte.
En su mensaje, Benedicto XVI comparó la situación de violencia que vive México y el resto de América Latina con las vicisitudes del pueblo hebreo que relata el Antiguo Testamento. “La historia de Israel narra también grandes proezas, pero a la hora de afrontar su existencia más auténtica, su destino más decisivo, la salvación, más que en sus propias fuerzas, pone su esperanza en Dios”, expresó el Papa.