Los padres de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos hace casi 17 meses iniciaron este lunes una caravana que pasará por varias ciudades donde efectuarán mítines y concluirá en Tamaulipas (noreste), una de las regiones más peligrosas del país.

"Los padres de familia consideran que el acceso a la justicia, como un derecho de las víctimas, se les ha estado negando (...), razón por la cual emprendemos la caravana 'Por la Verdad y la Justicia'", dijo en un mensaje a los medios el abogado de los padres, Vidulfo Rosales, de la organización Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

La caravana, que salió de la Ciudad de México en dos autobuses con unos 60 padres y estudiantes, concluirá el 26 de febrero en Matamoros, Tamaulipas, donde se encuentran, según Rosales, algunos de los procesos judiciales en torno a la trágica noche del 26 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron en Iguala los estudiantes después de ser baleados y detenidos por policías corruptos.

Los padres de familia esperan sostener reuniones con los jueces que "llevan los procesos de los policías preventivos de Iguala y de Cocula y de algunas personas de (el cártel) Guerreros Unidos", prosiguió el defensor de los familiares.

La Fiscalía federal sostiene que la policía entregó los estudiantes a ese cártel del estado de Guerrero (sur), que luego masacró los 43 estudiantes de la escuela rural para maestros de Ayotzinapa.

Los familiares de los estudiantes creen que en esos expedientes "hay irregularidades" debido a que la fiscalía no presentó "pruebas suficientes" sobre los homicidios de al menos dos estudiantes, entre ellos Julio César Mondragón, cuyo cadáver fue encontrado con el rostro desollado.

Existe "el riesgo de que los policías (...) puedan obtener su libertad", concluyó Rosales.

La caravana recorrerá poco más de un millar de kilómetros, pasará por las ciudades de San Luis Potosí, Monterrey y Reynosa, esta última también es parte del estado de Tamaulipas, bastión del cártel de Los Zetas y sus antiguos aliados del cártel del Golfo.

Emiliano Navarrete, uno de los padres de los estudiantes, aseguró que no temen ir a Tamaulipas a pesar de los altos niveles de violencia.

"¿Qué podemos temer ya después de 17 meses sin nuestros hijos? Lo único que nos da muchos miedo es no encontrar a nuestros muchachos", comentó Navarrete. (I)