Otra Europa es posible

Desde que comenzó la crisis, Grecia se convirtió en el laboratorio político de la Unión Europea. La Troika escogió a este país como el lugar privilegiado para ir ensayando las distintas medidas de austeridad y probar los límites de tolerancia de su ciudadanía. Lo que sucedía en Grecia funcionaba como la antesala de lo que tendría lugar en el resto de los países del sur de Europa. Y lo curioso del caso ha sido la paradójica estrategia de la Troika, a saber: para evitar el fracaso griego el resto de países de la Unión debían implementar las mismas medidas de austeridad que llevaron al desastre. Si bien Grecia era el espejo en el que nadie se quería mirar, los gobiernos del sur siguieron al pie de la letra las políticas ensayadas allí. Así, el éxito de la Troika ha sido su capacidad para expandir el gran fracaso griego. Sin embargo, Grecia no sólo ha funcionado como el laboratorio de la austeridad, también ha actuado como el laboratorio de la resistencia. Y esta resistencia ha sido encabezada por Syriza, una coalición de trece partidos de izquierda que ha operado hasta ahora como la segunda fuerza política del país.

No obstante, tras las elecciones del día de ayer, Syriza acaba abandonar el lugar de la resistencia para convertirse en la nueva fuerza de gobierno. Con un total del 36, 3% de los votos, Tsipras, su líder, no sólo se consolida como primer ministro, sino que consigue 149 escaños en el parlamento. Si bien no alcanzó la mayoría absoluta (le faltaron tan solo dos escaños para ello) cuenta con un amplio margen de poder para gobernar. Y para garantizarse esa gobernabilidad acaba de cerrar una alianza estratégica con el partido Griegos Independientes, una fuerza minoritaria que aun siendo de derechas comparte con Syriza su rechazo a las políticas de la Troika y el interés por recuperar la soberanía perdida. En lo que respecta al arco opositor, Nueva Democracia -el partido de centro derecha que gobernaba hasta el momento- contará con 77 escaños, casi la mitad de los que disponía hasta la fecha. El partido neonazi Amanecer Dorado, si bien se consolida como tercera fuerza, ha retrocedido 1 escaneo y contará con 17 para la nueva legislación.  Pero la fuerza política que sufrió el peor revés ha sido el partido socialdemócrata PASOK, ya que dejará de contar con sus 33 escaños y deberá conformarse con tan solo 13.

Más allá de estas cifras vale la pena preguntarse qué supone el triunfo de Syriza dentro de la correlación de fuerzas de la Unión Europea. Lo primero que cabe constatar es que el pueblo europeo le ha señalado su límite a la Troika. A pesar de una agresiva campaña política dedicada a instalar el miedo al cambio en la ciudadanía europea, sobre todo alentada estos últimos días tras los atentados de Charlie Hebdó en París, el pueblo griego tuvo la valentía de preferir el cambio y la incertidumbre a la certeza de los recortes y el desempleo. Por otra parte, el triunfo de Syriza le acaba de dar gran espaldarazo a su par español.

Podemos, dado que es el primer paso para materializar el deseo de ir armando una estrategia alternativa a nivel europeo. Si bien resulta un poco prematuro hacer predicciones para las elecciones de 2015 en España, vale vaticinar que si se sigue la tendencia griega, todo indica que Podemos ganará las próximas elecciones, el PP sufrirá un gran revés y el PSOE se desplomará definitivamente. La gran incógnita es saber qué tipo de repercusión tendrá este fenómeno en aquellos países de la Unión donde todavía no se vislumbra con claridad una alternativa a las políticas de la austeridad. A pesar de esta incógnita, Syriza ha tomado la decisión de no conformarse a nivel nacional y proyectar sus políticas a nivel europeo, algo que desdice los rumores de su abandono del euro y salida de la Unión Europea. Tal y como lo expresa Varoufakis, asesor económico de Tsipras, Syriza tratará de consolidar un “New deal europeo, basado en la en la inversión pública, la creación de empleo y la reestructuración de la deuda”.1 Si bien es verdad que Syriza tiene una ardua tarea por delante y deberá hacer frente a un poder económico y financiero muy poderoso, también es cierto que su triunfo acaba de abrir una nueva brecha para Europa. Junto a Grecia otra Europa es posible.