Oswald no pudo matar a John F. Kennedy, asegura un experto español
Casi 50 años después del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, un ingeniero español ha realizado una investigación en la que concluye que el inculpado del magnicidio, Lee Harvey Oswald, no pudo ser el autor de los disparos que acabaron con su vida.
El 22 de noviembre de 1963, Kennedy fue asesinado en Dallas (Texas, EEUU) al ser alcanzado por dos disparos en la cabeza.
Ahora, en base a unos estudios que incluyen numerosos parámetros científicos, el experto español Francisco Javier Carretero López ha publicado una investigación científica con el título "Rescate en el tiempo de J.F.K.", registrada en el Registro General de la Propiedad Intelectual de Madrid a la espera de ser editado como libro.
El autor, natural de la ciudad autónoma española de Ceuta, adelantó en declaraciones a Efe que la parte científica del trabajo utiliza datos del informe de la Comisión Warren, hecho público el 6 de septiembre de 1964, las declaraciones ante la televisión del personal médico del hospital Parkland en Dallas o las fotografías de la autopsia, entre otros.
También se analizan los disparos recibidos por el entonces gobernador de Texas John Connally, quien sobrevivió al atentado, aunque el estudio se centra en los daños sufridos por el presidente Kennedy al paso de la comitiva presidencial por Dallas.
La investigación deja al descubierto que "no existió ningún disparo que alcanzara al presidente Kennedy desde el punto de tiro atribuido a Lee Harvey Oswald porque él estaba, como él mismo especificó, no en la sexta planta del Texas School Book sino en la cafetería de la segunda planta del mismo edificio".
Francisco Javier Carretero López argumenta que los resultados científicos "son irrefutables, ya que las dos heridas expuestas por la Comisión Warren fueron provocadas al presidente Kennedy por disparos frontales y no desde atrás".
El experto aseguró a Efe que "al descubrir que el disparo que hirió a Kennedy fue de frente comprobé que lo que parecía una sola herida de bala eran en realidad dos heridas distintas por balas distintas, una convencional y otra explosiva".
Por ello, exculpa a Lee Harvey Oswald: "Mi único deseo es reunirme con las hijas de Oswald y su familia para darle a conocer este resultado y que puedan decir, a partir de ahora, con orgullo que su padre dijo la verdad cuando afirmó que él no había disparado a nadie y que era un cabeza de turco".
En su opinión, "el personaje era parecido a Oswald pero no era Oswald y la clave está, entre otras, en las expresiones faciales del impostor que se hizo pasar por Oswald".
Francisco Javier Carretero incluye en el estudio, todavía sin publicar, todos los parámetros analizados, la trayectoria de las balas, fotos de la autopsia y la descripción del cuerpo médico del hospital Parkland ante los medios de comunicación en los años posteriores al asesinato.