OPAQ busca armas químicas en Siria
Damasco.- Los inspectores encargados de la destrucción de las armas químicas de Siria iniciaron ayer su peligrosa misión, al tiempo que el Consejo de Seguridad se puso de acuerdo para exigir a Damasco un mayor acceso humanitario.
Los países miembros del Consejo demandaron a las autoridades sirias “tomar medidas inmediatas” para retirar los obstáculos a la entrega de ayuda. Exigirán también a Damasco autorizar el ingreso de las caravanas con ayuda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que lleguen a las fronteras sirias con países vecinos.
Rusia, aliado del régimen del presidente Bashar al Assad, se había mostrado reticente a este acceso por las fronteras, ya que la ayuda llegaría directamente a zonas controladas por la oposición, en el norte y el este del país.
El secretario general de la ONU quiere recaudar $ 3.800 millones para atender a los refugiadosPor su parte, los 19 inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que llegaron el martes a Damasco acompañados de 14 miembros del personal de la ONU, iniciaron ayer su primera tarea: la elaboración de un inventario del arsenal químico sirio, estimado en un millar de toneladas.
Entre el personal de la OPAQ (todos voluntarios) se cuentan químicos, ingenieros químicos, exmilitares especializados en guerra química, así como paramédicos.
Durante la primera semana, el trabajo se centrará en el cotejo de informaciones sobre los sitios a inspeccionar y de los cuales el Gobierno sirio entregó una documentación completa de manera voluntaria.
La inspección de las instalaciones deberá terminar a finales de octubre. Durante ese período se realizarán análisis “in situ”, aunque éstos quizá no alcancen el nivel que se podría conseguir en un laboratorio, señaló un experto de la OPAQ.
De inicio, la prioridad serán los emplazamientos de producción de armas, los cuales deben quedar desmantelados a más tardar en noviembre, incluso con el empleo de métodos “expeditos”.
La destrucción de todas las armas está prevista de aquí a mediados del año próximo, según un acuerdo alcanzado entre Moscú y Washington, que permitió impedir una intervención militar extranjera contra el régimen de Al Assad.
La labor de los expertos -que se enmarca en una histórica resolución del Consejo de la ONU, alcanzada a fines de septiembre- es particularmente ambiciosa y difícil, ya que se realiza en un país en guerra. Ayer se registraron nuevos enfrentamientos en la localidad de Azaz, en Alepo.
Ayuda a refugiados
La violencia en Siria obligó a 2,1 millones de personas a refugiarse en los países vecinos, una cifra que podría alcanzar los 3,5 millones antes de finales de año, según la ONU.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quiere recaudar 3.800 millones de dólares para atender a estos refugiados y pidió a Kuwait que acoja una segunda conferencia de donantes, tras la realizada en enero.
Unas 6,8 millones de personas necesitan esta ayuda en un país donde más de 115.000 personas murieron desde el inicio del conflicto, en marzo de 2011, según un nuevo balance establecido por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Reino Unido que obtiene su información de una amplia red de militantes y médicos sobre el terreno.