Al menos 23.000 personas huyeron de Nicaragua a Costa Rica, según la ONU
La mayoría de las personas que huyeron de la violencia en Nicaragua se refugiaron en Costa Rica, donde al menos 23.000 intentaron obtener asilo desde el inicio de la crisis en abril, informó este martes 31 de julio la ONU.
"En los últimos meses, el número de solicitudes de asilo presentadas por nicaragüenses en Costa Rica y otros países aumentó de forma exponencial", declaró un portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), William Spindler, en rueda de prensa en Ginebra.
Según el ACNUR, "Costa Rica recibió la mayoría de solicitudes de asilo, pero Panamá, México y Estados Unidos registraron también una tendencia al alza durante la primera mitad de 2018 con un pico significativo en junio".
Se desconocen todavía las cifras regionales pero en lo que se refiere a Costa Rica, "se registraron cerca de 8.000 solicitudes de asilo de ciudadanos nicaragüenses desde abril y unas 15.000 personas obtuvieron cita para registrarse posteriormente dado que las capacidades nacionales de tratamiento están superadas", explicó, citando datos de las autoridades costarricenses.
Actualmente, se registran 200 solicitudes de asilo cada día en Costa Rica, según el ACNUR que quiere ayudar a las autoridades a incrementar esta cifra a por lo menos 500 diarias.
El portavoz explicó que el ACNUR refuerza así su presencia en Costa Rica, al igual que otras agencias de la ONU y oenegés asociadas, y se prepara para proporcionar protección y asistencia inmediata a miles de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüense, tanto en la región del norte de Costa Rica como en los alrededores de la capital, San José.
Muchos nicaragüenses que huyen de su país son acogidos por algunas de las entre 100.000 y 150.000 familias nicaragüenses que ya estaban instaladas en Costa Rica antes de la crisis, según el ACNUR, que prepara un plan regional para responder a las necesidades de los refugiados.
Nicaragua vive desde el 18 de abril un movimiento de protesta contra el gobierno duramente reprimido, que dejó más de 300 muertos y 2.000 heridos, según varias organizaciones de los derechos humanos. (I)