Ola independentista avanza en Europa
Bruselas.-
El líder de los independentistas Nueva Alianza Flamenca (N-VA), Bart de Wever, se alzó el domingo con la Alcaldía de la capital económica de Bélgica, Amberes, y reclamó al primer ministro, el socialista Elio Di Rupo, una nueva reforma del Estado para poner a Flandes, la región de lengua flamenca del norte del país, en el camino de la independencia.
De Wever hizo este llamado en un contexto de auge de las reivindicaciones separatistas en Escocia (Reino Unido) y Cataluña (España).
Con su victoria (el 36,3% con más del 80% de los votos escrutados), De Wever pone fin a 90 años de hegemonía socialista en la ciudad más populosa del norte de Bélgica. Ante estos resultados el carismático líder apeló a Di Rupo a que negocie de inmediato una “reforma confederal” del Estado. “Es el único camino para salir de esta crisis”, afirmó.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar. Elio Di Rupo, que dirige desde fines de 2011 una coalición de seis partidos (tres flamencos y tres francófonos) que incluye a liberales, socialistas y centristas, dijo desde ya que no negociará la formación de un Estado confederal.
El secretario de Estado de Energía, el también socialista y nuevo alcalde de Charleroi (sur del país), Paul Magnette, por su parte, restó importancia al desafío de De Wever, al recordarle que había ganado solo unas elecciones locales, no nacionales.
El triunfo del líder secesionista se debe a su habilidad para mezclar el sentimiento identitario flamenco, fruto de una larga tradición nacida en el siglo XIX, cuando Bélgica estaba dominada por los francófonos, y las convicciones derechistas de gran parte del electorado neerlandófono, según los analistas.
“Frente a la política del gobierno actual, Flandes espera un mayor liberalismo económico, limitando por ejemplo el período de prestaciones por desempleo o poniendo fin a la indexación automática de los salarios sobre la inflación”, apunta el politólogo Pierre Vercauteren, de la Universidad de Mons.
Amandine Crespy, del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas, ve similitudes entre los movimientos separatistas en Europa, mencionando el caso de Escocia, que tras un acuerdo celebrará en 2014 un referéndum sobre su independencia, y el de Cataluña, donde el proceso se realizará dentro de cuatro años.
Según ella, estos movimientos se apoyan a menudo en un cierto “egoísmo cultural”, asociado a un “egoísmo financiero”. Pero, sostiene Crespy, en ninguna región como en Flandes es tan clara la superposición de ambos factores.
Vercauteren considera que “la agenda política no cambiará inmediatamente”, aunque espera que De Wever ejerza una fuerte presión sobre los tres partidos flamencos de la coalición hasta las legislativas previstas en junio de 2014.