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Ecuador, 11 de Enero de 2025
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El Telégrafo
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Obama urge a republicanos a terminar “cruzada ideológica”

Washington.- Por primera vez en 17 años, el gobierno de los Estados Unidos amaneció ayer paralizado y una parte importante de sus funcionarios se vio obligada a frenar sus actividades ante la falta de acuerdos entre republicanos y demócratas en el Congreso, para aprobar una extensión temporal del presupuesto de gastos para el nuevo año fiscal 2013-2014.

El último precedente del cierre parcial de la administración ocurrió durante el mandato del entonces presidente Bill Clinton y duró 22 días, del 15 de diciembre de 1995 al 6 de enero de 1996. El presidente estadounidense Barack Obama acusó ayer a los republicanos de lanzar una “cruzada ideológica” y les urgió a “reabrir” la Administración federal y los servicios públicos.

Obama denunció, en una comparecencia de la Casa Blanca, que una facción de los republicanos, su ala más conservadora, ha obligado a suspender las actividades de la Administración “solo porque no les gusta una ley”, en referencia a la reforma sanitaria promulgada en 2010 y que ayer volvió a defender con vehemencia. “Han paralizado al gobierno en nombre de una cruzada ideológica para negar cuidados de salud asequibles a millones de estadounidenses”, dijo el mandatario.

El presidente Barack Obama dijo que la paralización podría frenar la recuperación económica del paísEste cierre “no tiene que ver con los déficit ni con el presupuesto. Tiene que ver con torpedear nuestros esfuerzos para proveer de seguro de salud a los que no lo tienen”, enfatizó Obama.

Ayer precisamente comenzaron a funcionar los llamados “mercados de seguros médicos”, una de las disposiciones clave de la reforma sanitaria promulgada, y Obama dijo al respecto que es un “día histórico” para millones de ciudadanos. “Si tienes cáncer, es un 70% más probable que vivas otros cinco años si posees un seguro médico”, resaltó. En esos nuevos mercados, las casi 48 millones de personas en Estados Unidos que no tienen un seguro médico podrán acceder a uno a precios asequibles y, en algunos casos, beneficiarse de subsidios federales.

Una de las principales preocupaciones de Obama es el efecto que tendrá la paralización en la economía estadounidense. El presidente fue claro: esto podría frenar la recuperación económica del país.

En este sentido, el mandatario de origen afroamericano aseguró que “un cierre del gobierno tendrá un impacto real en la gente común” y que “será como arrojar una llave inglesa en los motores de nuestra economía, justo cuando esos motores empezaban a ganar tracción”.

Pero esta situación podría agravarse más dentro de dos semanas, si el próximo 17 de octubre no hay acuerdo político para elevar el límite legal de endeudamiento del país, fijado en 16,7 billones de dólares.

Cierre e incertidumbre

La paralización parcial de las actividades de la Administración federal comenzó la pasada medianoche de ayer, por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso para aprobar fondos para financiar al Gobierno en el nuevo año fiscal 2013-2014, que comenzó ayer.

En consecuencia, la Casa Blanca ordenó que las dependencias federales cesaran parcialmente sus actividades y enviaran a sus casas, sin sueldo, a unos 800.000 empleados públicos considerados “no esenciales”, de un total de dos millones.

En Washington, algunos de estos empleados fueron ayer a sus oficinas para finiquitar todo y colocar en sus correos electrónicos un mensaje automático de ausencia. “Hemos recibido un email, se supone que tenemos que venir a cerrar todo y dejar un mensaje de ausencia en nuestros teléfonos, y una respuesta automática en nuestros correos electrónicos para decir que estaremos ausentes. No se sabe cuánto tiempo va a durar...”, explica un funcionario de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) que prefirió no revelar su nombre.

Christine Baughman, también funcionaria de la EPA, arremete contra los legisladores: “¡Tenían seis meses para votar el presupuesto, pero aparentemente eso no era suficiente! ¡Nunca es suficiente”.

Criticando tanto a demócratas como a republicanos, cree que “no han hecho su trabajo, ¡y ahora nos impiden hacer el nuestro! Es trabajo del Congreso, no de (el presidente Barack) Obama” acordar un presupuesto para el Estado federal.

Otras agencias gubernamentales, todos los 19 museos nacionales de la prestigiosa institución Smithsonian, gratuitos para la mayoría y abiertos todo el año, muestran sus puertas cerradas, en muchos casos con un cartel explicativo de este tenor: “Cerrado debido a parálisis del gobierno”.

Ante el Museo de Historia de Estados Unidos en el National Mall, la arbolada explanada que conduce al Capitolio, cuatro guardias de seguridad impidieron ayer a los turistas acceder. “Está cerrado hasta nueva orden”, dice uno de ellos.

Lo mismo ocurre en las entradas de los célebres monumentos de la capital, objetivos imprescindibles de los turistas. Su acceso está completamente bloqueado por cintas amarillas de policía que indican: “No se puede pasar”.

En medio de la pulseada, Obama promulgó una ley que garantiza a los militares que serán pagados. Según un estudio de opinión de la universidad Quinnipiac, 77% de los encuestados atribuye a los republicanos la responsabilidad por el cierre de servicios federales. Solamente 22% apoya la estrategia republicana.

Semanas de debates

El cierre de las entidades se produce tras más de una semana de debates y propuestas de ley cruzadas en ambas cámaras del Congreso, divididas ante la estrategia republicana de utilizar el debate sobre el presupuesto como pretexto para modificar la reforma sanitaria promulgada en 2010. Es el llamado Obamacare, el plan estrella de la Administración demócrata y en contra del que se posicionan los republicanos, fuerza mayoritaria en la Cámara de Representantes.

Estaba previsto que este 1 de octubre (ayer) el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración. Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar ese límite hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de  nuevos presupuestos.

La oposición republicana había elaborado un plan según el cual, se comprometía a apoyar la ampliación a cambio de nuevos recortes en el gasto público, centrados en la reforma sanitaria. Con el objetivo de imponer su plan, la Cámara de Representantes aprobó el sábado un proyecto de ley para aplazar un año la aplicación de la reforma sanitaria a cambio de entregar más fondos al Ejecutivo, pero el Senado, de mayoría demócrata, lo rechazó.

A última hora del lunes, la Cámara de Representantes volvió a aprobar -por 228 votos a favor y 201 en contra- otro proyecto de ley con el mismo contenido y el Senado lo volvió a rechazar -con 54 votos en contra y 46 a favor-, haciendo casi inevitable el cierre del Gobierno.

Impacto en cadena

Al margen del impacto concreto del “shutdown” (cierre) del gobierno federal, que la Casa Blanca estima en un costo de 1.000 millones de dólares, su efecto en los mercados mundiales era ayer apenas perceptible. Wall Street y las bolsas europeas abrieron con alzas y Tokio cerró en verde. “El cierre va a ser costoso para el crecimiento interno (...)”, afirmaron los analistas de la agencia Rabobank.

Pero este coste “depende esencialmente de la duración” de la parálisis de la administración federal, precisó el jefe economista de UniCrédit para Estados Unidos, Harm Bandholz. “Estamos en una frágil reactivación (de la economía mundial), con dos motores, Estados Unidos y China, un tanto vacilantes”, que pueden “fallar”, y eso puede tener consecuencias cruciales para el resto del planeta, según Frédérik Ducrozet, economista de Crédit Agricole.

En efecto, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, estimó que la parálisis presupuestaria en Estados Unidos podría causar “graves perjuicios” a los países del sur. Esta situación podría agravarse dentro de dos semanas, si no hay acuerdo político sobre el techo de la deuda.

“Esta incertidumbre, asociada a otras fuentes de volatilidad en la economía mundial, podría causar graves perjuicios a los mercados emergentes y en desarrollo de África, Asia y América Latina”, estimó Kim. El Fondo Monetario Internacional también estimó que es “importante” una solución "rápida" del bloqueo presupuestario en Estados Unidos, para que no afecte la recuperación del país “y además a la economía mundial”.

ANTECEDENTES

El cierre del gobierno de Estados Unidos y el desempleo temporal  ha sucedido 17 veces en la historia del país.
El primer cierre se registró en 1976 durante el gobierno republicano de Gerald Ford. Duró 10 días.
El demócrata Jimmy Carter enfrentó cinco cierres entre 1977 y 1979 y coincidieron con la segunda crisis internacional del petróleo.
El republicano Ronald Reagan enfrentó ocho cierres del gobierno federal, pero todos fueron relativamente cortos.  
El demócrata Bill Clinton enfrentó entre 1995 y 1996 el último, de 21 días.

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