Merkel dice que se acaba el tiempo
Obama pide a Grecia decisiones "duras"
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió a Grecia a tomar decisiones "duras", y Alemania advirtió que se acaba el tiempo para llegar a un acuerdo entre Atenas y sus acreedores.
"Los griegos van a tener que tomar decisiones políticas duras, que serán positivas para ellos a largo plazo", afirmó el presidente estadounidense al término de una cumbre del G7, celebrada en Baviera, en el sur de Alemania.
Obama insistió en conferencia de prensa en la necesidad de que la comunidad internacional tome en cuenta "los extraordinarios desafíos" a los que se enfrenta Grecia, país que se expone a un default sobre su deuda e incluso a la salida de la zona euro.
Por su lado, la canciller alemana Angela Merkel advirtió que "no queda mucho tiempo" para llegar a un acuerdo entre Grecia y sus acreedores.
"No nos queda mucho tiempo y, por tanto, debemos trabajar duro" dijo Merkel y añadió que "ahora cada día cuenta para hacer lo que queda por hacer".
"Todos los que están en torno a la mesa desean que Grecia permanezca en la zona euro", señaló la canciller refiriéndose al conjunto del G7.
Al mismo tiempo, Atenas ha de entender que "la solidaridad de los europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) exige que Grecia adopte medidas y haga propuestas", según ella.
Merkel dijo que tendría ocasión de hablar de ello directamente con el primer ministro griego Alexis Tsipras, el miércoles en Bruselas, al margen de una cumbre UE-América Latina.
Una delegación griega, con dos emisarios de Tsipras, estuvo este lunes en Bruselas para proseguir las conversaciones.
Los emisarios, uno de ellos el jefe de los negociadores Euclides Tsakalotos, se reunieron con el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Según una fuente griega, hablaron de un calendario hasta finales de 2016.
Alternativas
Por su lado, el ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis afirmó este lunes en Berlín que su país y la Unión Europea (UE) deben hacer su trabajo para llegar a un acuerdo que permita la entrega a Atenas de una ayuda financiera que necesita urgentemente para no incurrir en un impago.
"Ya es hora de que dejemos de acusarnos mutuamente, ya es hora de que hagamos nuestro trabajo (...) para conseguir un acuerdo" dijo el ministro, aludiendo a tensas declaraciones, este fin de semana, de las dos partes.
El gobierno de izquierda radical de Grecia y sus acreedores -el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE)- llevan negociando desde hace cinco meses para desbloquear los 7.200 millones de euros correspondientes al último tramo de los rescates que Atenas recibió desde 2010.
Grecia, casi sin liquidez, tiene que hacer frente en el ámbito interno al pago de pensiones y salarios de funcionarios y, en el exterior, al pago al FMI de 1.600 millones de dólares antes de fin de junio.
Los acreedores piden que Grecia lleve a cabo reformas, algunas de las cuales --un alza del IVA de la electricidad o recortes de las pensiones de los más desfavorecidos, entre otras- son consideradas inaceptables para el primer ministro griego, por contrariar sus promesas electorales.
Tsipras había rechazado al viernes algunas de las exigencias de sus acreedores, calificándolas de "absurdas".
El premier griego se entrevistó por teléfono con su homólogo austríaco Werner Faymann, quien según la parte griega, defendió "la necesidad de una solución a largo plazo". Durante la conversación se decidió que el canciller austríaco visitará Atenas el 16 de junio.
El presidente francés, François Hollande, dio a entender este lunes que los acreedores podrían ser más flexibles, al defender que "las propuestas que no pueden aceptarse del lado griego sean reemplazadas por soluciones alternativas", a ser posible antes del miércoles. (I)