El embargo impuesto por Washington dificulta el turismo de sus ciudadanos y los emprendimientos de los cubanos
"El destino de Cuba no será decidido por EE.UU."
Los presidentes Raúl Castro y Barack Obama mantuvieron ayer conversaciones “francas y honestas” sobre las diferencias que mantienen Cuba y EE.UU. desde hace décadas. Tendrán que ‘coexistir’ con ellas para avanzar hacia la normalización de las relaciones. “Hemos dado los primeros pasos, bastante para ser los primeros, y debemos continuar dando esos pasos. Y estoy seguro de que lograremos convivir pacíficamente, en un ambiente de colaboración mutua”, afirmó el líder cubano. Obama, el primer mandatario estadounidense en visitar la isla en 88 años, admitió el fracaso de la política hostil hacia Cuba.
Reconoció su imposibilidad de levantar el embargo, establecido en 1961, pero reiteró su compromiso de seguir trabajando en “ajustes técnicos” para aliviar sus condiciones en beneficio del pueblo cubano. “El embargo concluirá. ¿Cuándo? No estoy totalmente seguro. Pienso que concluirá y el camino que estamos recorriendo seguirá después de que yo termine mi gobierno. La razón es lógica: lo que hicimos por medio siglo no fue bueno ni para nuestros intereses ni para el pueblo cubano”.
Por su parte, el presidente Castro, en el poder desde 2006, cuando su hermano Fidel dejó el poder por enfermedad, reiteró la importancia de levantar el embargo. “El bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano. Por eso su eliminación será esencial para las relaciones bilaterales”.
Ambos presidentes dialogaron también sobre nuevas medidas, dentro de los límites del Ejecutivo norteamericano, para desmantelar el embargo.
“Un nuevo día”
En un clima cordial y a ratos en medio de bromas y sonrisas, el presidente Castro señaló: “Ambos países podemos cooperar y coexistir civilizadamente en beneficio mutuo, por encima de las diferencias que tenemos y seguramente tendremos y que son profundas en materia de modelo político, democracia, derechos humanos, entre otros temas”.
El gobernante cubano respondió preguntas de reporteros estadounidenses que insistieron en señalar a su país de tener presos políticos y violar los derechos humanos. Con firmeza, Castro explicó que, a diferencia de otros países, derechos humanos como la salud y la educación están garantizados desde el nacimiento y son gratuitos. “No se puede politizar el tema de los derechos humanos. Eso no es correcto”.
Refiriéndose a consultas sobre supuestos presos políticos, dijo: “¿Preguntó si hay presos políticos? Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Dame el nombre (…). Si hay presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos”.
En su alocución, Obama prometió que “el destino de Cuba no será decidido por Estados Unidos ni ninguna otra nación”.
Apretón de manos. Luego del recibimiento de Estado en el Palacio de la Revolución, Barack Obama y Raúl Castro se reunieron, por tercera vez desde 2015. Foto: AFP
¿Qué implica el embargo?
Emily Blum, una abogada estadounidense de Phoenix Arizona, llegó a Cuba el sábado. A diferencia de los casi 3,5 millones de visitantes que arribaron a la isla solo en 2015, esta mujer no puede presentarse como turista.
El embargo impuesto por su país desde 1962 y las sucesivas leyes que endurecieron sus términos, prohíben visitar Cuba con fines turísticos. Es parte de la estrategia impuesta para asfixiar al Gobierno.
La administración de Obama ha flexibilizado el embargo. Amplió las categorías para que los estadounidenses puedan viajar a Cuba y, más recientemente, permitió que los ciudadanos hagan el viaje individualmente y no en grupos.
Las visitas son permitidas si son de carácter educativo, cultural, humanitario y de intercambio “de persona a persona”. Esta última es la categoría en la que se inscribe Blum, quien se hospeda con una familia cubana, una opción cada vez más popular en la isla. “Creo que es fantástico que Obama esté aquí y está muy bien que las relaciones entre los dos países sean más estrechas. Aquí todo el mundo es muy amigable con los estadounidenses y sería muy bueno que las relaciones mejoren para que sea más fácil viajar y aprender más los unos de los otros”.
Otro tema complicado por el embargo es el de telecomunicaciones. En la isla, internet es limitado y fue posible implementarlo hace pocos años, gracias a la fibra óptica tendida desde Venezuela, pues aunque a Cuba y Estados Unidos solo lo separan 145 kilómetros de mar, esa opción se descartó por el bloqueo.
A diferencia de países como Ecuador, no existe opción de conexión desde hogares -con pocas excepciones- ni desde teléfonos celulares como red de datos, sino a través de zonas WiFi habilitadas en las afueras de hoteles, en parques o plazas donde es posible observar a jóvenes usando sus celulares.
Para navegar es necesario comprar una tarjeta de conexión para una hora por $ 2 ($ 3 si se compra en la calle), una alternativa costosa en un país donde el salario promedio es de alrededor de $ 30.
“Creo que se van a abrir muchas puertas con la visita de Obama. Nosotros, hace tres o cuatro años, no teníamos ningún tipo de conexión ni correos electrónicos, nada. Hoy hay ese servicio y espero que todos los proyectos que estén en marcha se lleven a cabo, como por ejemplo en esto de las comunicaciones, en el uso del dólar, en concretar negocios”. Eso es lo que espera Dayron Suárez, de 23 años, quien trabaja en un restaurante privado y estaba conectado a internet en las afueras del hotel Ambos Mundos, en La Habana Vieja, famoso por haber tenido entre sus huéspedes a Ernest Hemingway.
Otros ejemplos de los límites que impone el bloqueo se expusieron durante el foro de negocios Cuba-EE.UU., que acogió a decenas de emprendedores privados y funcionarios de los dos países.
Entre los panelistas participaron representantes del sector científico e informático de la isla, quienes ofrecieron detalles de las barreras impuestas por EE.UU. Dos de los ejemplos más palpables son la vacuna para el cáncer avanzado de pulmón y el tratamiento para el pie diabético, innovaciones cubanas que no pueden llegar a EE.UU. a causa del bloqueo. Otro caso es el de los nacientes talleres de reparación. Son negocios privados que no pueden acceder a repuestos ni bajar aplicaciones. “Nos cuesta mucho”, aseguró uno de los representantes de la recién creada Unión de Informáticos de Cuba. (I)
Monumento a Martí. El presidente Obama recorrió el Memorial José Martí, en La Habana, como primera actividad de su histórica visita a Cuba. Foto: AFP
LA AGENDA DE MICHELLE
Mientras el presidente Obama se reunía con Castro, su esposa Michelle se encontró con 10 jóvenes cubanas “para hablar de sus experiencias y esperanzas para el futuro”.
La primera dama estadounidense, que impulsa en su país el programa ‘Let Girls Learn’ (‘Que las chicas aprendan’) para ampliar el acceso a la educación, conoció de primera mano la experiencia de la isla en una cita con estudiantes de preuniversitario realizada en el complejo cultural Fábrica de Arte Cubano.
‘Let Girls Learn’ es una iniciativa lanzada hace casi un año para dar acceso a educación a niñas y adolescentes que no estudian por razones financieras, físicas o culturales, a través del apoyo a proyectos comunitarios en todo el mundo con la colaboración de 7.000 miembros del Cuerpo de Paz de EE.UU.
La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, dialogó con mujeres cubanas. Ella lidera una iniciativa para la igualdad en la educación. Foto: AFP