El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció ayer que “hay suficiente oferta de petróleo de otros países”, por lo que da luz verde a las sanciones contra Irán y aquellos países que compren petróleo a Teherán.

La medida busca aislar al Gobierno iraní en un momento de creciente tensión, ante los temores de que el programa nuclear de Irán trate de desarrollar armas nucleares.

Como resultado de esta directiva, EE.UU. puede continuar con una nueva ronda de sanciones con el objetivo de asfixiar al Banco Central de Irán, a través del cual se realizan, la mayoría, las compras de petróleo iraní.

El plazo a partir del que comenzarán a entrar en efecto estas sanciones es a finales de junio, fecha en la que está previsto que también comience a funcionar el embargo aprobado por la UE a las importaciones de petróleo iraní.

Las sanciones de parte de EE.UU. incluyen exenciones para aquellos países que siguen adquiriendo petróleo iraní, pero demuestren una reducción significativa de sus compras de crudo de Teherán, aunque no se han precisado cuáles serán los niveles de referencia. El anuncio se produce en medio del repunte del precio de la gasolina en EE.UU.