Obama promete que no espiará a sus aliados
El presidente Barack Obama prometió este viernes que las agencias estadounidenses de inteligencia no espiarán las comunicaciones de los líderes de los países aliados.
"Hemos dejado claro a la comunidad de inteligencia que, a menos que haya un urgente propósito de seguridad nacional, no vamos a monitorear las comunicaciones de jefes de estado y de gobierno entre nuestros más próximos amigos y aliados", dijo el mandatario en un discurso.
Obama señaló que "también ordené a mi equipo de seguridad nacional, así como la comunidad de inteligencia, de trabajar con nuestros colegas extranjeros para reforzar nuestra cooperación de manera de reconstruir la confianza".
Por esa razón, comentó que los servicios continuarán reuniendo "informaciones sobre las intenciones de los gobiernos alrededor del mundo", como lo hacen los otros países. "No vamos a disculparnos porque nuestros servicios son más eficaces", dijo.
No obstante, agregó que "los jefes de Estado y de gobiernos con quienes trabajamos en estrecha colaboración (...) deben tener confianza en el hecho de que los trataremos como verdaderos asociados".
Documentos revelados del exanalista de seguridad Edward Snowden mostraron la interceptación de comunicaciones de líderes considerados aliados de EE.UU., como la jefa del gobierno alemán, la mandataria de Brasil o el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
En su esperado discurso, Obama dijo que ordenó una transición que eliminará al programa de recolección de metadatos como existe actualmente, la Sección 215, y establecer un mecanismo que preserve las capacidades que tenemos sin que el gobierno mantenga esos metadatos".
Un panel independiente de expertos recomendó en diciembre pasado a la Casa Blanca dar la custodia de esos millones de registros telefónicos a las empresas de telecomunicaciones, pero hoy Obama se mostró reacio a apoyar esa idea y las propias empresas no son partidarias.
Este programa de la NSA "no implica el contenido de las llamadas telefónicas o los nombres de las personas que hacen las llamadas", enfatizó el presidente al defender la necesidad de esa herramienta, adoptada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El presidente orientó al secretario de Justicia, Eric Holder, y a la propia Agencia Nacional de Inteligencia (NSA, por sus siglas en inglés), que elaboren en 60 días una alternativa para almacenar esos datos.
Además, adelantó que a partir de ahora los agentes de la NSA deberán pedir permiso a una corte para tener acceso a los datos de una persona de interés especial.
Sin embargo, Obama dejó claro que la retención de datos telefónicos puede convertirse en una herramienta vital para que los mecanismos de inteligencia detecten contactos entre "sospechosos de terrorismo", y que por ello debe continuar.