La mejor opción de Estados Unidos para derrotar al Estado Islámico (EI) es establecer una coalición con Rusia, señala hoy un artículo del diario The New York Times.

Las operaciones militares de Moscú en territorio sirio pueden ofrecer la primera señal de esperanza para poner fin a la pesadilla que significa esta contienda, añade el texto bajo el título El Camino a Damasco, vía Moscú.

El Times afirma que es correcta la aseveración del presidente ruso Vladimir Putin de que solo una situación de gobernabilidad y seguridad permitirá que los refugiados sirios regresen a casa, añade el texto.

Durante cuatro años, la política norteamericana en Siria está basada en el deseo de derrotar al Gobierno del presidente Bashar al Assad y el fortalecimiento de los llamados grupos moderados antigubernamentales, acota.

Rusia tiene ventajas en Siria que Washington no posee: una presencia militar en el terreno, vínculos con el Gobierno de Damasco, contactos de trabajo con las autoridades de Irán e Iraq y acuerdos de intercambio de información de inteligencia con dichas naciones, agrega el texto firmado por los expertos en temas internacionales Gordon Adams y Stephen Waltoct.

El artículo del rotativo neoyorquino asegura que Washington mantiene aún centenares de aviones de combate y miles de efectivos militares en el área, pero posee muy pocos nexos con Irán, una relación problemática con el débil Gobierno de Bagdad y muy poca información de inteligencia sobre Siria.

Rusia inició el 30 de septiembre pasado una operación de grandes proporciones que incluye ataques aeronavales contra posiciones del EI en suelo sirio, a solicitud del Gobierno de esa nación árabe, campaña que ha ocasionado fuertes bajas a las fuerzas fundamentalistas.

Washington y sus aliados iniciaron en agosto de 2014 una campaña aérea contra objetivos del EI en Iraq, acción que se extendió a territorio sirio en septiembre del mismo año contra la voluntad de las autoridades sirias.

Sin embargo, expertos aseguran que hasta la fecha el operativo del Pentágono y las naciones participantes no pudo cumplir su misión declarada de disminuir las capacidades ofensivas de los irregulares, como paso previo a su derrota total, a pesar de que sus aeronaves han lanzado más de siete mil ataques aéreos. (I)