La región nordeste de Italia  fue sacudida ayer por una serie de fuertes terremotos que causaron al menos 15 muertos y provocaron pánico en la zona, diez días después de otro sismo que mató a seis personas y devastó fábricas y monumentos históricos.

El primer sismo, de  5,8 grados en la escala Richter, se registró a las 07:00 GMT cerca de Módena y se sintió en todo el noreste de la península, la misma zona afectada por el terremoto del 20 de mayo, con unos 5.000 evacuados.
Otras dos réplicas, con una magnitud superior a 5 se registraron pocas horas después en la misma región, la Emilia-Romaña, entre las más pobladas e industrializadas de la península.

Fuentes de Protección Civil informaron que  hay siete desaparecidos. En Cavezzo se han registrado cuatro muertos; otros tres –un italiano, un paquistaní y un marroquí- en San Felice sul Panaro al derrumbarse una nave industrial; tres han perdido la vida en Catricalá y el resto, en las localidades de Concordia, Finale Emilia, Cento, Novi di Módena y Medolla. Dos de las víctimas han perecido por causas indirectas al seísmo.

"La situación es muy seria, hay gente atrapada bajo los escombros", señaló el alcalde de Medolla, Alberto Silvestri. En Cavezzo, el drama tiene tintes similares. "La ciudad ha resultado muy dañada. Hay gente bajo los escombros”, informó un agente. El número de muertos es por ahora provisional y las autoridades locales coordinan las tareas de emergencia.

"Es un desastre, un desastre", comentó atónito el alcalde de San Felice sul Panaro. En esta ciudad, tres obreros, un italiano, un marroquí y un indio murieron por el derrumbe de la fábrica.

“Superaremos este momento", anunció  el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

El jefe de gobierno italiano, Mario Monti, interrumpió una reunión para tranquilizar al país y garantizar que "el Estado está preparado y hará todo lo posible" ante la inédita emergencia prometiendo ayuda en "un plazo breve".

Estos terremotos empeoraron la ya grave situación en la región causando nuevos derrumbes en los edificios e iglesias de las zonas ya afectadas en el movimiento telúrico del 20 de mayo.

Los nuevos sismos han provocado daños a edificios históricos y el 75% de la ciudad de Cavezzo se desplomó.

Por precaución las oficinas públicas y colegios de toda la zona han sido evacuados, así como varias fábricas.
Las líneas ferroviarias que conectan Bolonia con otras ciudades en el norte del país fueron detenidas mientras las autoridades revisaban si existía algún daño.