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Nuevo rey asegura que no habrá cambios en política saudí

Nuevo rey asegura que no habrá cambios en política saudí
23 de enero de 2015 - 09:48

Salman Ibn Abdulaziz, de 79 años, se convirtió este viernes en el nuevo rey de Arabia Saudita, el primer exportador de petróleo del mundo y un país clave en Oriente Medio, tras la muerte del rey Abdalá.

En un mensaje televisado, el nuevo monarca se comprometió a mantener el mismo estilo de gobierno que sus predecesores. "Seguiremos, con la fuerza de Dios, en el camino recto que este Estado ha seguido desde su creación", sostuvo. También pidió unidad entre los estados árabes.

Al nombrar a su medio hermano más joven, Muqrin bin Abdelaziz al Saud, de 69 años, como príncipe heredero, y a su sobrino Mohamed bin Nayef, de 55 años, como segundo en la línea de sucesión, el monarca Salman acalló las especulaciones sobre riñas internas en el centro de la realeza en momentos de graves turbulencias regionales. También nombró titular de Defensa a uno de sus hijos, Mohamed Ben Salman.

Salman asume como la mayor autoridad de un país que se enfrenta a desafíos domésticos como el desplome de los precios del crudo en los últimos meses y el ascenso del grupo insurgente Estado Islámico en Irak y Siria- países fronterizos con Arabia Saudita- que ha amenazado con destruir a la familia Al Saud.

El anuncio sobre la sucesión se produjo poco antes del entierro de Abdalá, tras las plegarias de mediodía. Quien fuera uno de los hombres más ricos de la historia, fue enterrado en una tumba sin nombre envuelto en una mortaja blanca en el cementerio de Riad, donde están enterrados muchos de sus súbditos.

Líderes árabes y musulmanes han decretado jornadas de luto y varios de ellos han cambiado inmediatamente sus planes para desplazarse a Arabia Saudita.

Cooperación contra el EI continuará

Frédéric Wehrey, especialista en el Golfo del instituto Carnegie Endowment for International Peace, le indicó a la agencia AFP que los Al Saud "comparten la misma visión del mundo, pero pueden discrepar ligeramente en algunos asuntos de estrategia y de táctica". El analista prevé una continuidad en la cooperación con Estados Unidos sobre la lucha contra el EI.

"La línea general de las relaciones estadounidenses-saudíes, sobre todo contra el EI, debería mantenerse bastante sólida", dijo en alusión a la participación de Riad en la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington.

Para el analista kuwaití Ayed al Manae, "Arabia Saudita es un aliado de Occidente y un Estado de orientación islámica". "Su política exterior no experimentará cambios de fondo, aunque el estilo pueda diferir entre un dirigente y otro", apuntó.

El especialista reconoció, sin embargo, que los vínculos con EE.UU. experimentaron  altibajos desde que Washington inició en 2013 una apertura hacia Teherán.

Arabia Saudita, recelosa a un acercamiento de Occidente a Irán, su rival regional chiita, "seguirá desconfiando de su vecino, acusado de injerencia en los asuntos de Irak, Siria, Líbano, Bahréin y Yemen", explicó Manae.

"Aunque Salman es conocido por ser un conservador, le será difícil desviarse de la política trazada bajo el reinado de Abdalá, y además deberá fomentar la armonía con su príncipe heredero Muqrin, un reformista", considera Manae.

Según él, "el príncipe Muqrin podría, en el plano interno, desarrollar la experiencia del Majlis al Shura (consejo consultivo, designado) para que evolucione hacia un tipo de parlamento con prerrogativas limitadas".

Política petrolera sin cambios

Los precios del petróleo saltaron como reacción inmediata a la muerte del rey Abdulá, aumentando la incertidumbre en los mercados energéticos. Y es que su fallecimiento no podría producirse en peor momento para el sector petrolero, ahora que el reino intenta asentar su liderazgo en una industria mundial en plena mutación.

Sin embargo el economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, no espera que la  muerte de Abdalá suponga un cambio "significativo" en la política petrolera saudí.

Desde 2000, el reino ha invertido decenas de miles de millones de dólares para convertirse en el único país con una reserva viable de capacidad de producción de tres millones de barriles diarios (mbd). También ha aumentado su capacidad de refinado a 5 mbd y ha desarrollado su producción de gas natural.

Aprovechándose de la inestabilidad de otros países de la OPEP (Irán, Irak, Libia, Nigeria...), el reino ha aumentado su producción de los 8 mbd en 2011 a su nivel actual de 9,6 mbd, y no parece dispuesto a reducirlo tan pronto.

Los precios y la elevada producción le han permitido disponer de un sólido colchón financiero de $ 750.000 millones. El subsuelo saudí esconde las segundas reservas mundiales de crudo (266.000 millones de barriles), por detrás de Venezuela, y las quintas reservas mundiales de gas natural (9.000 millones de m3).

Pero después de una década excepcional, el reino lucha por defender su cuota de mercado y su liderazgo ante los productores no convencionales y no miembros de la OPEP, pues el 90% de los ingresos públicos proceden del petróleo.

Bajo la presión de Riad, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió en noviembre mantener su producción sin cambios, acelerando la caída de los precios a niveles de después de la crisis económica de 2008. Los precios cayeron 50% entre junio y diciembre.

Por primera vez en 40 años, Arabia Saudita, que bombea una décima parte del suministro mundial de petróleo, se ha negado a tomar medidas para estabilizar el mercado, invocando razones económicas.

"A los productores de la OPEP no les interesa reducir su producción", independientemente que "baje a 20, 40, 50 ó 60 dólares" el barril, dijo a finales de diciembre el ministro saudí del petróleo Alí Al Nuaimi.

"Si lo reduzco, ¿qué pasara con mi cuota de mercado? Los precios subirán, pero los rusos, los brasileños y los productores estadounidenses de petróleo de esquisto se harán con mi parte", alegó.

El nuevo rey Salman confirmó hoy que no habrá cambios en la política petrolera saudí. De hecho, se espera que Riad defienda con "uñas y dientes" su "liderazgo", subrayaron los especialistas.

 

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