El autor de matanza en Noruega fue acusado formalmente de terrorismo
La justicia noruega acusó formalmente al ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados que causaron la muerte de 77 personas el año pasado, de terrorismo y de homicidios voluntarios.
Así consta en el texto de acusación difundido por la Fiscalía, que mantiene no obstante la incógnita sobre la pena que solicitará durante el juicio, que podría ser de cárcel, de custodia o de internamiento forzoso en una institución psiquiátrica.
De acuerdo con la conclusión del primer examen mental al que fue sometido Breivik, que dictaminó que es un psicópata y que está legalmente incapacitado, los fiscales pedirán su ingreso forzoso en una institución psiquiátrica, ya que no se cumplen las condiciones para que sea condenado a una pena de cárcel, según las leyes noruegas.
Pero los fiscales resaltaron que hay una "reserva", condicionada al resultado del nuevo examen psiquiátrico que está haciendo otro equipo de expertos a Breivik por orden judicial, tras las críticas al informe inicial.
Si el fundamentalista cristiano de 33 años es declarado legalmente capacitado, la Fiscalía podría pedir entonces una pena de cárcel o de custodia de 21 años, tal y como ya había anunciado el fiscal general del Estado la semana pasada.
La custodia ("forvaring") es una figura legal que puede equivaler en la práctica a una cadena perpetua, ya que una vez cumplida la pena, esta puede ser prorrogada de forma indefinida cada cinco años, si se considera que el reo sigue siendo un peligro social.
Pero si la conclusión del segundo examen mental es la misma que la del primero, la Fiscalía mantendrá entonces su petición inicial y se da por hecho que Breivik será ingresado en un centro psiquiátrico.
El acta de la acusación le fue leído a Breivik en la prisión de Ila, próximo de Oslo, donde se encuentra actualmente en detención provisoria en espera del inicio del proceso en su contra, previsto para el 16 de abril.
El ultraderechista abrió fuego indiscriminadamente durante casi una hora contra una reunión de jóvenes laboristas en la isla de Utoeya, próxima de Oslo, poco después de hacer estallar una poderosa bomba frente a la sede del gobierno noruego.