Una jornada de movilizaciones contra la elección de la candidata presidencial favorita de las encuestas, Keiko Fujimori, que se realizará mañana, concentra el interés público a solo seis días de los comicios generales del domingo próximo en Perú.

Un movimiento ciudadano, principalmente de jóvenes, desarrolla hoy diversas actividades preparatorias, de agitación y propaganda para garantizar una participación masiva en las marchas y concentraciones. Los preparativos continúan pese a que Fujimori firmó anoche, al culminar un debate entre aspirantes presidenciales, un compromiso de respeto a las libertades democráticas y la legalidad, así como de lucha contra la corrupción.

También aseguro que, de ser elegida, no habrá otro 5 de abril, en referencia al llamado autogolpe de esa fecha de 1992, cuando el padre Keiko, Alberto Fujimori -hoy preso por diversos crímenes- cerró el parlamento e intervino los órganos de justicia, con apoyo militar.

La jornada de mañana recuerda aquel episodio, al cumplirse 24 años del mismo y rechaza la candidatura de la hija del exgobernante por considerar que ella representa la continuidad de aquel régimen de mano dura (1990-2000).

El compromiso de Keiko Fujimori, de respeto a la democracia, fue desestimado por uno de los principales dirigentes del movimiento ciudadano "No a Keiko", Gabriel Salazar, quien lo consideró oportunista y falto de credibilidad.

Como uno de los organizadores de la protesta, Salazar informó que en una reunión con autoridades del Ministerio del Interior estas dieron garantías de seguridad a la movilización con un resguardo de dos mil 500 policías.

El joven dirigente subrayó el carácter pacífico de la marcha, advirtió contra la posible infiltración de provocadores y reveló el compromiso con las autoridades de que los manifestantes no se cubran los rostros con capuchas ni lleven objetos contundentes y sugirió que los marchistas tengan las manos pintadas de blanco.

Rechazó los intentos de dirigentes del partido de Fujimori, Fuerza Popular, de desacreditar a la marcha como si fuera un movimiento violentista y subrayó el carácter pacífico y democrático de las movilizaciones. (I)