Un niño de cuatro años falleció luego de dispararse a sí mismo, de forma accidental, con un arma de fuego que encontró en su casa ubicada en Kissimmee, Estados Unidos.

Michael Bragg, padre del niño, fue despertado por el sonido del disparo, durante la mañana del pasado jueves, y vio al pequeño herido en la cara. El menor fue llevado hasta un hospital, pero poco después se declaró su lamentable muerte.

Bragg dijo que no sabía con certeza qué sucedió y, en una primera instancia, negó que haya armas en su casa, pero luego cambió su versión y confesó que sí portaba una pistola para protegerse. Según el portal de noticias RT, “Durante un registro de la casa, se encontró en un maletín una pistola de 9 mm y otra Glock 22; esta última parecía tener rastros de sangre”.

El viernes, Bragg fue arrestado y enfrenta cargos por posesión de un arma de fuego como delincuente convicto. La autoridad de justicia de la localidad negó la fianza al hombre, quien se encontraba en libertad condicional en un caso de huida y elusión en el condado de Orange, Florida.