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Los familiares buscan sobrevivientes en hospitales

Negligencia, posible causa de explosión en México

Familiares y amigos en el funeral de varias víctimas de la explosión del mercado de fuegos artificiales en Tultepec, México.
Familiares y amigos en el funeral de varias víctimas de la explosión del mercado de fuegos artificiales en Tultepec, México.
Foto: AFP
24 de diciembre de 2016 - 00:00 - Paula Mónaco, corresponsal en México

Ciudad de México, 23 de diciembre de 2016. Horas de tristeza y angustia vivieron decenas de familias en Tultepec, estado de México, después del estallido del mercado de pirotecnia San Pablito.

Algunos sepultaron a sus muertos: aquellos que identificaron al ser querido entre los 35 cadáveres localizados. Otros deambulaban por hospitales: preocupados los familiares de quienes sufrieron lesiones de gravedad y aún batallan por sus vidas; felices quienes ven salir a los suyos con alta médica; y esperanzados aquellos que logran tramitar el traslado de los más jóvenes hacia clínicas especializadas en quemaduras, en Estados Unidos. Por gestiones de la Fundación Michou y Mau, varios niños y adolescentes fueron enviados a Galveston, Texas, y ahora se evalúa trasladar también a hombres y mujeres de hasta 22 años.

Tres días después de las explosiones aún no hay precisiones sobre lo ocurrido ni se difundieron resultados de alguna investigación oficial. Sin embargo, se filtraron datos que revelan irregularidades: todo indica que corrupción y negligencia hicieron posible la tragedia.

La primera gran pregunta es qué cantidad de pólvora se acumulaba en el terreno de 4,5 hectáreas y en qué condiciones. Las primeras versiones de prensa estimaron unas 300 toneladas, pero no hay fuentes oficiales que confirmen o desmientan al respecto.

Videos que circulan en redes sociales demuestran que los controles de seguridad en el mercado eran laxos porque, por ejemplo, se exhibían productos al alcance de la mano de los consumidores cuando, supuestamente, está prohibido porque implica mayor riesgo de accidentes. Varios sobrevivientes relataron que  también se comercializaba pirotecnia, supuestamente, no permitida como las llamadas ‘brujitas’, una suerte de bolitas de pólvora recubiertas con papel metalizado que son de bajo riesgo cuando se utilizan en ambientes abiertos, pero  peligrosas acumuladas, ya que reaccionan fácilmente a la fricción.

Tampoco hay precisiones acerca de los procesos de autorización y fiscalización del comercio. Según el periódico Reforma, en Tultepec existen 258 permisos generales para venta legal de pirotecnia y autorización a 300 locales del mercado San Pablito, todos expedidos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pero además funcionarían otros 180 talleres clandestinos -30 en zona de producción pirotécnica y 150 en áreas habitacionales- cuya existencia sería conocida por las autoridades locales.

Así lo confirmó al diario el síndico municipal Guillermo Antonio Urbán, quien admitió que el gobierno local conoce sobre los lugares de fabricación clandestina, pero “no podemos, como está la situación económica del país, no podemos pedirles eso (regularizarse). También tienen familia, tienen sustento, criaturas, tienen que calzarse y por todo ello tienen que trabajar. Entonces se les tolera, se les llama tolerantes”.

Nadie asumió la responsabilidad por las irregularidades: el Municipio calla sobre las inspecciones que le correspondía realizar, el síndico admite tolerancia a talleres clandestinos, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia optó por el silencio y la Sedena no especifica qué tanto le tocaba fiscalizar el cumplimiento de normativas en el mercado que ocupaba un espacio similar al de dos campos de fútbol.

En cambio, las autoridades mexicanas cerraron filas en defensa de la industria pirotécnica, una actividad económica que desarrolla gran parte de la población de Tultepec, localidad de unos 150.000 habitantes.

El presidente Enrique Peña Nieto visitó a varios heridos en hospitales; respaldó públicamente a los artesanos pirotécnicos y les prometió apoyo económico para reconstruir el mercado. “Nos comprometimos para apoyarlos, a los 300 locatarios de ese mercado, para que recuperen y nuevamente reinicien el próximo año sus actividades normales y podamos lograr la reconstrucción del mercado”, dijo el mandatario este jueves.

En el recorrido estuvo acompañado por el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, quien insistió en que los artesanos de Tultepec “no están solos. El presidente de la República, el gobernador del estado, nuestros equipos, hemos estado, estamos y estaremos defendiendo sus fuentes de trabajo”. También reconoció que es necesario mejorar las condiciones de seguridad.

Mientras tanto, se registraron operativos y decomiso de pirotecnia en varios lugares del país. En la capital se incautó material de comercio ilegal en la delegación Xochimilco y en la zona del mercado La Merced.

En Tultepec, destruido el mercado, la actividad sigue en casas de familia: decenas de productores comenzaron a vender cohetes, bombas y demás juegos pirotécnicos en sus propios domicilios.

Comercializan fuera de toda norma porque en diciembre concluye la temporada de mayores ventas y antes de la explosión, dicen, apenas habían comercializado el 10% de lo producido este año. (I)

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