Miles de personas participaron este miércoles en una manifestación en Damasco en apoyo al régimen del presidente Bachar al Asad, mientras continúa la represión del Ejército a las protestas de los opositores en la provincia septentrional de Idleb.

La autovía de Mezzeh en la capital apareció cubierta por una enorme bandera siria de tela de 2.300 metros de longitud y 18 de ancho, según las imágenes difundidas por la televisión estatal siria.

Los miles de participantes en la marcha se manifestaron a favor de la unidad nacional y expresaron su rechazo a la injerencia extranjera en los asuntos internos de Siria.

"Con sangre y espíritu te salvamos Bachar", fue una de las consignas coreadas por los manifestantes, que portaron también imágenes con el retrato de Al Asad.

Bajo el lema "Levanta con nosotros la bandera siria más grande", esta campaña fue lanzada por grupos de jóvenes, según la agencia oficial Sana, que cifra el número de asistentes en cientos de miles.

Uno de los organizadores, Rabi Dibeh, dijo a la agencia que la campaña se inició con el himno nacional y que se guardó un minuto de silencio para "honrar a los mártires civiles y del Ejército".

Coincidiendo con esta manifestación de apoyo al régimen, los grupos opositores denunciaron que continúa la represión en varias localidades de la provincia de Idleb, donde la violencia de los últimos días ha obligado a más de 8.500 sirios a buscar refugio en Turquía.

Según los denominados Comités de Coordinación Locales, unos 40 vehículos militares llegaron hoy al pueblo de Al Yanudeia, a 10 kilómetros de Yisr al Shugur, donde el Ejército irrumpió el pasado día 12 de junio.

En cuanto a Yisr al Shugur, la televisión siria informó de que miles de habitantes han regresado a esta localidad después de que el Ejército restaurara la calma.

Asimismo, la televisión anunció el descubrimiento de una nueva fosa común, la segunda encontrada en la zona, con cuerpos de miembros de la Policía y del Ejército asesinados por supuestos grupos armados.

Ninguna de esas informaciones pueden confirmarse de forma independiente debido al férreo control de las autoridades, que han expulsado, detenido, amenazado y torturado a numerosos periodistas.

Desde el inicio de la revuelta en siria han muerto más de 1.100 personas y más de 10.000 han sido detenidas, según informó hoy la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos.