Uruguay recibirá a presos de Guantánamo
El presidente uruguayo José Mujica dijo este jueves que su país recibirá presos de la cárcel de Guantánamo en calidad de refugiados, lo que convierte al país sudamericano en el primero de la región en aceptar ese pedido de Estados Unidos.
"Es un pedido por una cuestión de derechos humanos. Hay 120 tipos que están presos hace 13 años. No vieron un juez, no vieron un fiscal y el presidente de Estados Unidos quiere sacarse ese problema de encima", señaló Mujica a periodistas.
"El Senado le exige 60 cosas entonces le pidió a un montón de países si podían darle refugio a algunos y yo le dije que sí", añadió.
Mujica, un exguerrillero que estuvo preso más de 13 años en la década de 1970 y llegó al poder en 2010, explicó que aceptó el pedido porque él estuvo "un montón de años preso".
"Derechos humanos es esto", añadió, indicando que los ahora prisioneros vendrían en calidad de refugiados. "Si quieren hacer nido y trabajar en el país que se queden en el país", dijo el mandatario, sin especificar cuántos presos vendrían ni cuando.
"Vienen como refugiados y el Uruguay les da un lugar si quieren traer a la familia y todo lo demás", apuntó.
Consultado sobre si pidió algo a cambio al gobierno de Estados Unidos, el presidente respondió: "Yo tampoco hago favores gratis, paso la boleta (factura)". Añadió sin embargo: "Esto hay que hacerlo porque sí".
En un comunicado, la embajada de Estados Unidos en Montevideo señaló en tanto que el gobierno de ese país está "en consulta con varios países de la región" sobre el cierre de Guantánamo y que consultó al gobierno uruguayo "dado el rol de liderazgo que ostenta el presidente José Mujica en la región".
Cinco presos por dos años
Según el semanario Búsqueda de este jueves, el país sudamericano recibiría cinco presos durante al menos dos años. Sin brindar más detalles sobre el tema, una alta fuente del gobierno confirmó que lo indicado por el semanario es correcto y señaló que Mujica viajará este año a Estados Unidos para reunirse con Obama, en un viaje oficial originalmente previsto para el año pasado y postergado por cuestiones de agenda de los mandatarios.
Según Búsqueda, Mujica decidió aceptar la propuesta de Obama "después de una serie de consultas y de enviar emisarios a Estados Unidos y a Guantánamo", además de conversar sobre el tema en enero durante su último viaje a Cuba con el presidente cubano Raúl Castro, quien coincidió en apoyar la idea.
Según el semanario, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se comunicó el lunes con Mujica para agradecerle y confirmarle que Obama lo recibirá en la Casa Blanca antes de que termine junio.
Una cárcel rodeada de polémica
La organización internacional Human Rights First celebró el anuncio uruguayo, considerándolo "una señal positiva de que la administración (estadounidense) seguirá teniendo como prioridad cerrar el centro de detención de Guantánamo".
Añadió que hay "más de 70 detenidos que hace tiempo han sido absueltos por las agencias de seguridad y la inteligencia de Estados Unidos y deben ser trasladados sin demora".
Situada en una base naval bajo administración estadounidense, que Washington alquila a Cuba desde 1903, la prisión de Guantánamo es un símbolo de los excesos de la "guerra contra el terrorismo" del exmandatario George W. Bush. Más de 800 hombres y adolescentes pasaron por el centro desde que se creó en enero de 2002.
Obama intenta cumplir con la promesa de cerrarla que realizó a inicios de su gestión y los traslados desde Guantánamo se aceleraron en los últimos meses, pero aún permanecen 154 detenidos en la prisión erigida por Bush a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Muchos de los presos nunca han sido acusados ni juzgados y permanecen detenidos de manera "indefinida" bajo sospechas de terrorismo jamás probadas. Según el relato de la mayoría de los liberados, durante los interrogatorios en el lugar se les sometió a maltratos, asimilables según sus abogados a la tortura: privación de sueño, exposición a temperaturas extremas, música a fuerte volumen u obligación de permanecer durante horas en posiciones incómodas.
Muchos relataron también que los guardianes les impedían rezar o que eran sometidos a constantes registros corporales íntimos y a insultos.
Hoy la mayoría de los presos se encuentra en celdas de aislamiento individuales construidas en base al modelo de las cárceles estadounidenses de alta seguridad.
Aunque el Congreso de Estados Unidos prohíbe el traslado de presos a suelo estadounidense, extendió en diciembre la posibilidad a Obama de ordenar traslados a terceros países.