El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se convirtió en Europa y Latinoamérica en un golpe en la mesa reivindicativo contra la desigualdad salarial, el techo de cristal, el acoso sexual, las trabas a la conciliación familiar, entre otros asuntos, por el que las féminas salieron a las calles.

En ese marco, las italianas marcharon bajo la consigna de que viven un “momento histórico extremadamente delicado y crítico” en lo que se refiere a los derechos de la mujer, denunció la organización D.i.Re (Mujeres en Red contra la Violencia).

El organismo demandó una “deriva” hacia la negación de derechos fundamentales de la mujer, impulsada por la ultraderechista Liga de Matteo Salvini.

Portugal, por su parte, conmemoró el día de “luto nacional” por las víctimas de la violencia machista, un fenómeno que el primer ministro, António Costa, definió como “una gran tragedia” cuyo fin es “un desafío colectivo”.

En Francia, varias asociaciones denunciaron la escasez de referencias a mujeres en la nomeclatura urbana del  país.

Miles de mujeres de organizaciones sociales y políticas también marcharon ayer por el centro de La Paz, Bolivia, exigiendo el respeto a la vida y que se terminen los femicidios y la violencia.

La multitudinaria marcha fue encabezada por la Alianza de Organizaciones de Mujeres por la Revolución Democrática y Cultural, que aglutina organizaciones de campesinas y comunidades originarias, entre otras, muchas afines al gobierno del presidente Evo Morales, con distintos carteles y cánticos.

Las organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de la mujer en República Dominicana denunciaron la desigualdad social y económica y la violencia que sufren las mujeres en el país.

Mientras que en Nicaragua la Federación Coordinadora de ONG, que trabaja  con la Niñez y la Adolescencia (Codeni), evocó en el Día Internacional de la Mujer a las presas, asesinadas y desplazadas de manera forzosa por la crisis sociopolítica local. (I)