El francés Zacarias Moussaoui, único condenado en Estados Unidos por los atentados del 11 de setiembre de 2001, acusa al gobierno de Donald Trump por las condiciones de detención en las que vive en la prisión de alta seguridad de Colorado.

En una carta manuscrita -consultada por la AFP- el prisionero dice padecer "una tortura psicológica en su detención en aislamiento" y exige ser escuchado por un juez.

Según el documento, datado en el mes de diciembre, Moussaoui acusa al gobierno de Trump y a la administración penitenciaria de privarlo de un acceso a un abogado, con el fin de "quebrarlo psicológicamente" y de "impedirle revelar la verdad sobre el 11-Setiembre".

En su demanda, así como en otra solicitud escrita paralelamente, Moussaoui reitera viejas acusaciones de que príncipes de Arabia Saudita habrían financiado Al Qaida y participado en la preparación del ataque en suelo estadounidense.

El exmiembro de Al Qaida que tomó curso de pilotaje en Oklahoma para ser uno de los piratas en los ataques de 2001, firma sus demandas con la expresión "Esclavo de Alá", agregando las fórmulas "combatiente enemigo" o "supuesto 20º pirata aéreo".

La justicia estadounidense rechazó anteriores apelaciones intentadas por Moussaoui, condenado a perpetuidad y cuya salud mental fue objeto de debate durante su juicio en 2006.

Desmentidas por Arabia Saudita -importante aliado de Washington en Medio Oriente- y refutadas por las conclusiones de la investigación oficial, las acusaciones de Moussaoui implicando a dirigentes saudíes tampoco tuvieron seguimiento judicial. (I)