Entrevista / Leopoldo Moreau / exlegislador argentino y exsenador de la opositora Unión Cívica Radical (UCR)
Moreau: Los mismos “poderes fácticos” intentan ahora derrumbar a Kirchner
El exlegislador argentino Leopoldo Moreau conoce de “golpes blandos”, quizás más que cualquier otro diputado de ese país. Como uno de los máximos referentes del gobierno constitucional de Raúl Alfonsín (1983-1989) vivió en primera fila el golpe económico contra el mandatario que en 1989 lo obligó a entregar 6 meses antes el poder a su sucesor, el neoliberal peronista Carlos Menem.
Hoy, un cuarto de siglo después, este exsenador de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) está convencido de que esos mismos “poderes fácticos” intentan ahora derrumbar el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a través de una acusación judicial por el presunto encubrimiento a los autores iraníes del atentado a la mutual judía AMIA que en 1994 causó 85 muertos.
Moreau es el titular del Movimiento Nacional Alfonsinista, una rama interna de la UCR, un centenario partido político que hoy está encabezado por su ala más conservadora. Exsenador y exdiputado, Moreau fue un importante referente del radicalismo en el gobierno de Alfonsín.
Este “golpe blando”, dice Moreau en entrevista con EL TELÉGRAFO, está motorizado por “poderes económicos y mediáticos” aliados a sectores de inteligencia y del poder judicial con el objetivo de crear “conmoción pública” a ocho meses de las elecciones presidenciales.
¿Se pueden establecer puntos de contacto entre la situación vivida por el expresidente Raúl Alfonsín, que debió entregar el poder en forma anticipada, y la actual coyuntura que vive el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tras la muerte del fiscal Alberto Nisman y la denuncia por supuesto encubrimiento en la causa AMIA?
Sí. Los poderes fácticos dieron en 1989 un golpe de Estado económico no solo para provocar el adelantamiento de la entrega de poder, sino también para no correr riesgos y evitar que se tratara en el Congreso una ley de medios que jamás pudo llevarse a cabo. Ahora promueven a través de la conmoción pública, representada por la denuncia elaborada por Nisman contra la presidenta, el intento de algún tipo de golpe blanco involucrando a la jefa de Estado en un proceso judicial.
¿Quiénes están detrás de este plan?
Básicamente son grupos económicos y mediáticos y sectores desplazados de inteligencia con la complicidad de cierto sector del poder judicial con gran poder de fuego. Encontraron un mecanismo para generar conmoción pública actualmente.
¿Y cuál es el rol de los partidos de oposición?
No todos los sectores políticos están embarcados en esto. Pero se prestan en forma ingenua -o no tanto- a este fin.
Según su visión, ¿la democracia argentina está en riesgo?
No. La democracia está sólida y madura, pero debemos estar atentos para evitar estos movimientos que recorren hoy América Latina y que tienen como objeto limitar nuestros procesos democráticos.
¿Qué opinión le merece la denuncia de Nisman por encubrimientos de los autores del atentado a la AMIA contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que fue retomada por el fiscal Gerardo Pollicita?
La denuncia carece de todo fundamento jurídico. Es una novela de espías escrita por espías enojados. Es un desatino desde todo punto de vista. No tiene delito identificable ni objeto procesal. Son todas burdas maniobras políticas.
¿Cuál es su posición en torno a la convocatoria a una marcha de silencio este miércoles 18, a un mes de su muerte, en homenaje al fiscal Nisman, a la que se adhirió la oposición?
Forma parte de la misma operación de conmoción pública. Habrá mucha gente que irá de buena fe en reclamo de justicia, pero corren el riesgo de ser utilizados por estos mismos sectores.
Su partido Unión Cívica Radical (UCR) es uno de los que adhirió a la marcha. ¿Cuál es su opinión sobre la estrategia que lleva a cabo en torno a este tema y en relación al gobierno nacional?
El radicalismo en Argentina está dominado por sectores que apuestan a que todo lo que hace el gobierno actual está mal y no se da cuenta de que con esta posición perjudica el sistema democrático. El partido está hoy desorientado. Se adhiere a un concepto equivocado de hacer política.