El presidente boliviano, Evo Morales, rechazó este lunes el uso de la violencia para garantizar el cumplimiento de demandas particulares y condenó el asesinato del viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, a manos de cooperativistas mineros.

"No se pueden imponer supuestas reivindicaciones mediante caprichos, falsos argumentos o dinamitazos. Cuando tenemos la razón el pueblo nos apoya", afirmó el mandatario al referirse a las recientes protestas de ese sector.

Morales señaló que el país está de duelo por la muerte de varios mineros y el Viceministro durante las manifestaciones de los últimos días y confirmó la realización de una profunda investigación sobre lo sucedido.

"Los responsables serán procesados por el Ministerio Público. Hay que respetar la vida", dijo y reiteró que el diálogo debe prevalecer en la resolución de cualquier problemática.

El jefe de Estado entregó hoy dos camiones y una ambulancia a la estatal Empresa de Mineros Colquiri, en el departamento de La Paz, y aprobó el estatuto del Sindicato Mixto de Trabajadores de esa área.

Dichos recursos forman parte del apoyo gubernamental a ese sector en esferas como la salud y la estabilidad laboral y en ellos se invirtieron un 1 456 000 bolivianos (más de 200 mil dólares).

Recientemente, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, aseguró que el asesinato de Illanes se inscribe dentro de una movilización conspirativa y golpista dirigida a afectar a la institucionalidad del Estado y restituir el régimen de privatización de los recursos naturales.

En una intervención especial, el titular realizó un análisis pormenorizado del origen del conflicto con mineros del sector privado, aportando pruebas de la falta de voluntad de diálogo por su parte, pese a los reiterados llamados a la negociación de las autoridades.

Asimismo, mostró pruebas de la manipulación mediática por algunos medios de prensa con el objetivo de confundir a la opinión pública y justificar el escenario de violencia y bloqueos de carreteras acaecidos desde principios de este mes.

"Un movimiento reivindicativo no mata a una autoridad del Estado, no lo secuestra, flagela y asesina. ¿Por qué esa agresión? Porque algunos dirigentes cooperativistas, aupados por asesores y empresas trasnacionales, no están de acuerdo con el actual régimen de recursos naturales", señaló. (I)