Este sábado el presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunió con el Papa en el Palacio Nacional donde abordó importantes temas, entre los que resaltan la violencia, corrupción y pobreza en ciertas regiones del país.

Previo al ingreso a este edificio, el Pontífice estuvo en la plaza Zócalo, ahí  fue acogido por cientos de fieles, resguardado por su equipo personal de seguridad.

Como es su costumbre, no dejó de besar a los adultos mayores que en sillas de ruedas recibieron sus bendiciones en las afueras de la Nunciatura.

Más adelante, saludó con el Presidente quien junto a su esposa, le rindieron un breve homenaje por su visita en el Palacio Nacional. El encuentro estuvo marcado por una ceremonia protocolaria, acompañada de música solemne que fue entonada por la banda militar.

Después de este acto, un séquito de cardenales rindió pleitesía a Francisco. A continuación, el papa junto al presidente Peña Nieto se acercaron a las banderas de México y Vaticano y para hacerles una venia.

El #PapaEnMex hace el saludo a las banderas de #Mexico y el #Vaticano https://t.co/UFS4iZAmpS pic.twitter.com/2TvRJderuG

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Ya en el interio del Palacio, el mandatario mexicano le entregó un álbum fotográfico ante decenas de flashes de los camarógrafos que tuvieron acceso a estas instalaciones.

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El Presidente y su esposa Angélica Rivera, llevaron a recorrer el Palacio Nacional hasta llegar al podio donde el Ejecutivo rindió un discurso de bienvenida al religioso.

"Los ciudadanos deben transmitir los valores que nos permiten avanzar en sociedad (...) millones de mexicanos están listos para reibir sus palabras de paz (...) tenemos que renovar la esperanza en el futuro, la esperanza es camino y es luz (...) México lo recibe con el corazón y los brazos abiertos", expresó Enrique Peña Nieto, en un breve discurso ante el Pontíficie quien yacía sentado al centro de una plataforma.

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Discurso del Papa

Moderado y diplomático fue el Papa Francisco durante su primer mensaje oficial, realizado en el Palacio Nacional, donde dijo al presidente Enrique Peña Nieto que "puede contar" con la Iglesia Católica.

Aunque en el vuelo que lo trajo al país, el jerarca prometió "hablar claro" sobre la complicada situación de los derechos humanos que vive México, en su primer acto oficial no hubo señalamientos fuertes.

"Quiero saludar y abrazar al pueblo mexicano en sus múltiples expresiones y en las más diversas situaciones que le toca vivir" , dijo el Jorge Mario Bergoglio en referencia indirecta a temas delicados como los cerca de 150 mil asesinatos y decenas de miles de desapariciones registradas durante los últimos nueve años, en una espiral de violencia ligada al crimen organizado que las autoridades no han logrado controlar.

Sin ahondar en ellos, enumeró algunos de los principales problemas de seguridad y derechos humanos: "la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte". Las causas, dijo, son el accionar de personas que no persiguen el "bien común" sino eligen "el privilegio o beneficio de unos pocos".

Ausentes en su mensaje estuvieron también los escándalos por pederastia, que en México han dejado cerca de mil víctimas, en su mayoría sin acceso a la justicia todavía.

El pontífice llamó a "que encontremos nuevas formas de diálogo, de negociación" y en sin mencionar la palabra pobreza, que en México oprime al 46% de la población y acecha a otro 30% que sobrevive con carencias, urgió "a los dirigentes de la vida social, cultural y política" para que ayuden a que todos los ciudadanos tengan "vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz".

Su discurso, que duró diez minutos, enfatizó en los jóvenes y el desarrollo nacional. Al final, hizo expresas las intenciones de su visita. La primera: "recorrer este hermoso y gran País como misionero y peregrino que quiere renovar con ustedes la experiencia de la misericordia". La segunda: "le aseguro, señor Presidente, que en este esfuerzo (de desarrollo) puede contar con la colaboración de la Iglesia Católica".

Espaldarazo que ayuda a un gobierno sumido en escándalos de corrupción y violencia incontrolada que, a mitad del mandato, han hecho caer en picada la imagen y popularidad de Enrique Peña Nieto.

Entrega de las llaves de ciudad de México 

Al concluir su discurso el Pontífice salió del Palacio para dirigirse a la Catedral de México,  donde oficia su primera misa.

Previo a esto, el papa Francisco recibió de las manos de Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la ciudad de México, las llaves de la ciudad en un breve acto protocolario.

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A continuación, el religioso se dirigió a la iglesia en el papamóvil recorriendo la urbe donde miles de fieles se apostaron en las calles para saludarlo y lanzarle rosas.

En este momento el papa ya está presidiendo la homilía.

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#PapaEnMex y Card. Rivera rezan en la Catedral https://t.co/MNt0q31NJd pic.twitter.com/cv0oEaGN9O

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