Misión de ONU cree significativa pero insuficiente lucha antidroga en Bolivia
Una misión de la Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU (Jife) reconoció hoy que Bolivia hace esfuerzos antidrogas significativos pero se necesita "mucho más trabajo", tras asistir a una escenificación de destrucción de cultivos de hoja de coca, base para fabricar cocaína.
"He observado con mis colegas hoy día el esfuerzo de erradicación como uno de los síntomas, de los signos, del buen trabajo que están haciendo en contra de los narcóticos, pero aún así se necesita hacer mucho más trabajo", dijo el presidente de la Jife, el iraní Hamid Ghodse.
El presidente y otros tres miembros de la Jife viajaron a la región central del Chapare junto con el representante en Bolivia de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Undoc), el peruano César Guedes, y el viceministro de Sustancias Controladas, Felipe Cáceres.
En la localidad "Senda A" la fuerza conjunta de erradicación de cocales, formada por policías y militares, destruyó en su presencia dos parcelas de coca ilegal, cada una en menos de diez minutos, algo poco habitual para ese tipo de trabajo.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, tras Colombia y Perú, y el principal proveedor de esas drogas para los países vecinos del Cono Sur, según la ONU.
Los enviados de la Jife se reunieron el jueves en La Paz con el presidente boliviano, Evo Morales, líder de sindicatos de cocaleros del Chapare, quien les pidió que apoyen su petición de despenalizar el masticado de hoja de coca o "acullico".
"Creo que hemos convencido a algunos de sus miembros, pero también hay algunos técnicos que siento que todavía no entienden", reconoció después el mandatario en rueda de prensa.
Ghodse indicó que tuvo "una conversación abierta y sincera con el Gobierno", cuyas autoridades "entienden muy bien la posición" de la Jife, así como ese organismo entiende la posición boliviana.
"No vemos nada que pudiese ser un problema entre nosotros y el gobierno de Bolivia. Apreciamos la honestidad con que se nos ha tratado hasta ahora", destacó el presidente de la Jife.
También destacó la importancia de que Bolivia continúe siendo miembro de las convenciones internacionales antinarcóticos para evitar la fabricación y el consumo de drogas.
No obstante, evitó referirse con detalle a la situación de Bolivia, que a mediados de este año denunció la Convención sobre Estupefacientes de la ONU de 1962.
El abandono boliviano de la Convención entrará en vigor el 1 de enero, día en el que el Gobierno de Morales, según ha dicho, pedirá la readmisión, pero con reservas sobre el masticado de la hoja de coca.
La readmisión debe ser aprobada por los países miembros y si un tercio de ellos (61) se opone a la reserva sobre el "acullicu", Bolivia no podrá recuperar su membresía.
La ONU tendrá un año para considerar la situación de Bolivia, tiempo durante el cual este país andino estará excluido de la Convención antinarcóticos de 1961.
Cáceres agradeció la visita de los funcionarios de la Jife y les explicó las acciones del Gobierno boliviano para combatir el narcotráfico y destruir plantaciones ilegales coca, sin violencia y previa concertación con los cocaleros.
Los cultivos de coca han pasado de 25.400 a 31.000 hectáreas en Bolivia desde que Morales llegó a la Presidencia en 2006, según la oficina antinarcóticos de la ONU.
Cáceres se comprometió a intensificar las acciones antidrogas, que durante 2011 año han dado como resultado la erradicación de más de 10.000 hectáreas de coca y el decomiso de más de 33 toneladas de cocaína. EFE