Millones de peregrinos chiitas en Irak pese a amenaza yihadista
Millones de peregrinos chiitas participaban el sábado en Irak en las ceremonias del Arbaín, una importante conmemoración de su calendario religioso, pese a los temores de atentados, en un país parcialmente controlado por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Los servicios de seguridad iraquíes han desplegado un importante dispositivo en torno a la ciudad santa de Kerbala, ya que temen que los peregrinos chiitas sean presas fáciles de los combatientes del grupo EI, que se ha apoderado desde junio de numerosos territorios en Irak.
Estos yihadistas sunitas consideran que los chiitas, minoritarios entre los musulmanes, son herejes.
El Arbaín marca el final de 40 días de duelo por la muerte del imán Husein, en el año 680.
Este imán es una de las figuras más veneradas por los chiitas, mayoritarios en Irak y en el vecino Irán.
El peregrinaje de Kerbala es uno de los más importantes del mundo y el ministro de Defensa iraquí, Jaled al Obeidi, dijo el jueves que este año se esperaba la llegada de 17,5 millones de personas, un récord.
Una multitud vestida de negro invadió las calles de la ciudad santa y se dirigía hacia el mausoleo del imán Husein, uno de los nietos del profeta Mahoma.
Los fieles llevaban banderas negras, rojas o verdes con imágenes del imán o eslóganes religiosos, se golpeaban el pecho y cantaban al unísono en un trance colectivo.
Pese a que algunas victorias recientes contra los yihadistas han contribuido a incrementar la seguridad en parte de las carreteras que llevan a Kerbala, al sudoeste de Bagdad, a unos 150 km de la frontera con Irán, las autoridades iraquíes desplegaron un importante dispositivo de seguridad para evitar que el grupo EI lleve a cabo atentados suicidas.
Una persona murió el viernes por disparos de mortero en las afueras de la ciudad de Kerbala, adonde los peregrinos chiitas ya estaban llegando para la ceremonia anual del Arbaín.
Tras este ataque, las fuerzas de seguridad aumentaron el número de hombres desplegados, el cual pasó de 15.000 a 40.000, según el encargado de las operaciones de seguridad en Kerbala, el general Qais Jalaf Rahim.
Por su parte, los peregrinos afirman que los yihadistas no lograrán detenerlos.
"Olvídense de los morteros. Aunque lluevan yihadistas sobre Kerbala, no nos van a impedir ir al mausoleo del imán Husein", afirma Kadhem Husein, de 25 años, quien vino a pie desde Nasiriya, a unos 300 kilómetros de Kerbala.
"Los esfuerzos de los yihadistas son en vano porque vinimos todos a Kerbala dispuestos a sacrificarnos, con la esperanza de convertirnos en mártires", estima por su parte Abdel Husein Salem, un voluntario que reparte alimentos a los peregrinos en una de las entradas de la ciudad.
Los chiitas suelen ser víctimas de atentados que dejan víctimas mortales, en Bagdad o en otras partes del país, pero la conmemoración del Arbaín no ha dado lugar hasta ahora a ataques de gran envergadura.