Crece la brecha de desigualdad
Millones de niños en el mundo no gozan de sus derechos
Agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierten sobre dificultades en materia de salud y educación que sufren millones de niños en el planeta, un fenómeno causado por la pobreza y la desigualdad.
Las asimetrías en los niveles de desarrollo y la exclusión social hacen que gran parte de los 2 mil 200 millones de infantes del planeta no puedan disfrutar a plenitud de sus derechos, con un particular impacto de este escenario en los que residen en países pobres y en sectores más vulnerables de la sociedad.
Informes divulgados a finales de enero por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) devuelven a la palestra males como la muerte prematura, el analfabetismo y el trabajo infantil.
Según el reporte de Unicef, seis millones 600 mil infantes menores de cinco años murieron en 2012, lo cual significa 18 mil fallecimientos diarios, la mayoría de causas prevenibles.
“Un número desproporcionadamente alto de ellos vivía en zonas de las ciudades o el campo sin servicios básicos debido a la pobreza o a las condiciones geográficas, y muchos podrían salvarse con intervenciones poco costosas y de eficacia comprobada”, advirtió la entidad.
A nivel mundial en 2012, por cada mil nacidos vivos, 48 tenían probabilidad de morir antes de los cinco años, 35 antes del año y 21 antes del mes.
Por regiones, África subsahariana, África central y occidental, África oriental y sur, y Asia del sur (clasificaciones de Unicef) presentaron los peores indicadores, en algunos casos duplicando el promedio global.
Entre las zonas en desarrollo, América Latina y el Caribe mostraron estadísticas muy por debajo de la media universal.
Sobresale el caso de Cuba, con resultados a la altura del llamado primer mundo en materia de mortalidad infantil, seguida por Uruguay, Chile, San Cristóbal y Nieves y Costa Rica.
Respecto a otros problemas, un 15 por ciento de los niños en el mundo realizaron trabajos, situación atribuida a diferentes escenarios, desde la ayuda a la familia hasta los que fueron obligados a hacerlo, enfrentando peligros y explotación.
El Fondo también expuso en su informe publicado el 30 de enero, que alrededor de una de cada 10 niñas se casa antes de cumplir los 15 años.
Todos estos datos revelan una vulneración de derechos fundamentales a millones de pequeños, como el derecho a sobrevivir y desarrollarse, a la salud, la educación y la protección, señaló.
La educación
Por su parte, la Unesco presentó el 29 de enero su onceno reporte de monitoreo global Educación para todos, en el cual llama la atención sobre unos 250 millones de infantes que no aprenden todos los conocimientos básicos necesarios.
Al igual que ocurre con otros flagelos, las principales afectaciones están en los países pobres, donde 175 millones de jóvenes -un cuarto de ese sector- son incapaces de leer una oración completa, o parte de ella, como resultado de las brechas en la enseñanza primaria.
De acuerdo con la Organización, el panorama es aún más complicado, porque 57 millones de niños no están incorporados a la educación.
Semejantes carencias lastran el futuro de esas personas, incrementa el analfabetismo y constituyen caldo de cultivo para perpetuar el ciclo de la pobreza.
Este año el informe prioriza el tema de la preparación de los maestros, por su impacto directo en la calidad del proceso de aprendizaje.
“Sin atraer y entrenar adecuadamente a los profesores, la crisis en la enseñanza puede durar varias generaciones”, alertó la Unesco.
Al respecto, precisó que el déficit de preparación de los maestros afecta además las finanzas gubernamentales, lo que se traduce en el desperdicio de casi 130 mil millones de dólares anuales.
La agencia de la ONU estimó que 37 naciones pierden la mitad del dinero invertido en la enseñanza primaria, “porque los alumnos no están aprendiendo”.
Progresos e iniciativas
Naciones Unidas destaca la existencia de mecanismos que han mejorado la situación de la infancia, aunque reconoce la necesidad de mayor voluntad política para revertir el actual panorama.
En ese sentido cita la importancia de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General en 1989, y los Objetivos del Milenio fijados en 2000 para su cumplimiento antes del cierre del año próximo.
También convoca a la comunidad internacional a priorizar la salud, la educación y la protección de los infantes en la agenda de desarrollo sostenible, que a partir de 2015 sustituirá a las metas del milenio.
Según la ONU, pese al complejo panorama que enfrenta la niñez en muchas partes del planeta, existen señales alentadoras.
El reciente informe de Unicef refleja una reducción, desde 1990, de la mortalidad infantil en menores de cinco años, lo cual significa unos 90 millones de niños vivos, gracias a la inmunización, la atención médica y el acceso al agua potable y servicios sanitarios, entre otras medidas.
Además, resalta los avances en materia de nutrición infantil y la asistencia a la escuela de millones de pequeños antes alejados de las aulas.
Por su parte, la Unesco dedicó amplios espacios en su reporte a recomendar acciones para elevar la calidad de la educación.
Al respecto, instó a los gobiernos a garantizar la preparación adecuada de los profesores y a ofrecerles incentivos para que se comprometan a largo plazo con la enseñanza.
Otros problemas
Aunque los recientes estudios están centrados en los temas de la salud y la educación, otros problemas azotan a los infantes en el planeta.
Hace apenas dos meses, Unicef advirtió que al menos uno de cada tres niños menores de cinco años no es registrado al nacer, situación que amenaza con marginarlos para toda su vida, perpetuando el ciclo de la pobreza.
Se trata de alrededor de 230 millones de pequeños que al no aparecer inscritos ven en peligro su atención médica, educación y acceso a la seguridad social, y se convierten en blancos vulnerables de la explotación sexual, el matrimonio a tempranas edades y el reclutamiento como soldados en zonas de conflictos armados.
Precisamente la incorporación de "niños combatientes" a las hostilidades es otro de los flagelos actuales, por su peligro directo para la vida, y la semilla de odio y venganza que siembra desde tempranas edades.
De acuerdo con la ONU, unos seis mil menores han sido enrolados en la República Centroafricana, donde hasta mediados del pasado mes, 229 niños fueron rescatados de las milicias en la capital Bangui.
Asimismo, los opositores sirios reclutan a infantes, a quienes destinan a acciones combativas o a labores de apoyo, denunció a finales de enero la Organización.
También la violencia de género y la mutilación genital femenina son prácticas frecuentes, con particular impacto en las niñas.