Militares argentinos participarán en la seguridad interior
Las Fuerzas Armadas argentinas dejarán atrás 40 años del perfil bajo tras la sangrienta dictadura militar y colaborarán con la “seguridad interior”, a través de la custodia de “sitios estratégicos” y la lucha contra el narcotráfico, desatando fuertes críticas de organismos de derechos humanos y de la oposición que habla del fin del “pacto de la democracia”.
Las nuevas tareas de los militares argentinos están incluidas en un plan de reforma de defensa presentado este lunes 23 de julio por el presidente Mauricio Macri.
"Es importante que puedan colaborar con la seguridad interior, brindando apoyo logístico en la frontera", dijo Macri al hablar en la base militar de Campo de Mayo, antiguo centro de detención y torturas de la dictadura, ubicado en periferia oeste de Buenos Aires.
Esta reforma entierra la histórica política de defensa aprobada con la naciente democracia argentina, que solo autorizaba a las Fuerzas Armadas a intervenir en combate contra otra fuerza respaldada por un Estado. Esta nueva doctrina permitirá a los militares combatir el narcotráfico y al terrorismo internacional; y ampliar el rol de apoyo logístico a las fuerzas de seguridad en cuestiones como transporte, comunicaciones y otras necesidades.
Pero eso no será todo. También podrán custodiar “sitios estratégicos” como represas hidroeléctricas, centrales nucleares o complejos petroleros vitales para el desarrollo del país, como el yacimiento de Vaca Muerta, punta de lanza de la política energética nacional en la Patagonia argentina. Hasta ahora esa tarea estaba a cargo de Gendarmería.
La reforma cosechó fuertes cuestionamientos en sectores sociales y la oposición, pero también en el seno de la alianza oficialista Cambiemos. El dirigente Ricardo Alfonsín, hijo del expresidente Raúl Alfonsín, considerado el “padre” de la democracia nacional, se mostró “muy preocupado” por este proyecto.
“Las experiencias en otros países del mundo no han sido satisfactorias, como el caso de Colombia, donde hubo consecuencias más graves que la situación misma que provocó el compromiso de las fuerzas armadas. No es la medida más adecuada para combatir el narcotráfico y debe ser analizada con mucha profundidad”, dijo el exdiputado de la Unión Cívica Radical (UCR, que integra la coalición de gobierno).
Su padre, que gobernó el país tras el fin de la dictadura, fue el autor de la Ley de Defensa que exponía el espíritu de no intervención de los militares en cuestiones internas. En 2006 el entonces presidente Néstor Kirchner aumentó el control civil sobre las Fuerzas Armadas.
El prestigioso Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtió que “las Fuerzas Armadas tienen prohibido intervenir en cuestiones de seguridad nacional. Sin embargo –dijo la entidad en un tuit- el gobierno nacional anunció que hará cambios y romperá un acuerdo de la democracia”.
La agrupación HIJOS (de desaparecidos) fue contundente: “Miseria planificada, persecución política, vuelta al FMI, golpistas y ex carapitadas en desfiles oficiales, más genocidas afuera de la cárcel y el anuncio de reformas en las #FFAA para una función que no tienen, en acto en #CampoDeMayo, ex centro clandestino que pretenden borrar”, escribió la entidad en un tuit.
La diputada “kirchnerista” Gabriela Cerutti dijo que “acaban de romper el pacto constitutivo de la democracia argentina. Son el liberalismo autoritario. Necesitan represión, olvido e impunidad para llevar adelante la última etapa del capitalismo financiero”, apuntó.
Macri, en su discurso, dijo que las Fuerzas Armadas tendrán un rol "fundamental" en "la custodia de los objetivos estratégicos" del país y afirmó que la Argentina necesita "fuerzas armadas que seancapaces de enfrentar" los "desafíos y amenazas" del siglo XXI, como el narcotráfico y el terrorismo internacional.
"Estoy acá porque queremos saldar la deuda con las fuerzas armadas de la democracia", apuntó el mandatario.
Por lo pronto, el gobierno prepara el envío en agosto próximo de 500 soldados a zonas consideradas vulnerables por el tráfico de drogas de las provincias de Salta (fronteriza con Bolivia), Formosa (limítrofe con Paraguay) y Misiones (en la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil). En un año Macri prevé sumar unos 5.000 soldados a esa misión. (I)