Miles esperan venerar restos

Más de cien mil personas aguardaban ayer en la Plaza de San Pedro del Vaticano para ingresar en la Basílica y venerar los restos mortales de Juan Pablo II, que el domingo fue beatificado por el papa Benedicto XVI ante un millón y medio de personas.

La Policía custodió todas las entradas a la plaza y revisó bolsos y mochilas de los miles de peregrinos que se unieron a los fieles que participaron en la misa de Acción de Gracias, oficiada por el secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, Tarcisio Bertone.

Las puertas de la iglesia San Pedro, que permanecieron cerradas mientras se celebraba la homilía, fueron abiertas al público cuando terminó la ceremonia. Una vez dentro de la plaza, muchos asistentes preguntaban desconcertados dónde comenzaba la fila para rendir culto al nuevo beato, ya que la gran afluencia de gente no permite diferenciar con claridad el recorrido de espera. Entre los últimos en encontrar la cola había  una familia mexicana que, tras participar en la vigilia del pasado sábado y acudir a la beatificación del domingo, no quería abandonar Roma sin venerar los restos del nuevo beato, de quien destacaron su “carisma” y su aceptación a nivel mundial.

El padre de familia es   Jaime González, quien apuntó que estaban en la plaza porque  su anhelo es apoyar al papa Wojtyla para que logre su santificación y explicó que es uno de los pocos que puede llegar a cumplir los requisitos para ser canonizado.

“Siento que es perfecto y creo que hasta sobrepasa los requisitos básicos para un santo”, explicó González, antes de añadir que no importaba la fila ni el tiempo que tenían que esperar para venerar a Juan Pablo II, porque de esta manera quieren "devolverle lo mucho que él hizo" por los mexicanos.