La caravana de miles de migrantes centroamericanos avanza su viaje hacia Estados Unidos, por la que llaman la “ruta de la muerte” a través de Veracruz, considerado uno de los estados más mortíferos de México.

El pasado septiembre las autoridades veracruzanas hallaron restos de 174 personas enterrados en fosas clandestinas, lo que planteó el interrogante de si eran migrantes.

La mayoría de alrededor de 3.000 migrantes se dirigen a la ciudad de Córdoba, en Veracruz, a 200 kilómetros del punto de partida, el pueblo Isla, en el mismo Estado. El trayecto, que iniciaron el domingo, será uno de los más largos, en su travesía por llegar a la frontera con Estados Unidos que aún está a cientos de kilómetros.

Aunque en el camino, mexicanos solidarios les dan comida y agua a los cansados viajeros,  unos no están convencidos de continuar el viaje hacia el norte a través de Veracruz, donde cientos de migrantes desaparecieron en los últimos años, presa de secuestradores que buscan ganar dinero con los rescates.

La mayoría de los migrantes considera que viajar en un grupo grande es su mejor esperanza de llegar a salvo al territorio estadounidense. La mayoría de los migrantes huye de la pobreza, la violencia de pandillas y la inestabilidad política, principalmente de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

“Creemos que es mejor continuar junto con la caravana. Vamos a seguir adelante y respetar a los organizadores”, dijo Luis Euseda, hondureño de 32 años, que viaja con su esposa. 

Los salvadoreños se unieron
México se enfrenta a la situación sin precedentes de tener  tres caravanas migrantes en un tramo de 500 kilómetros (300 millas) de carretera entre los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz. El grupo más grande de 3.000 migrantes fue el primero que ingresó a México el 19 de octubre y le siguió otro grupo de 1.000 personas que cruzó desde Guatemala la semana pasada, y el tercero de 1.500 salvadoreños que el viernes pasado cruzó el río Suchiate en la frontera mexicana.

La Secretaría de Gobernación estima que más de 5.000 migrantes se mueven actualmente en el sur de México en caravanas o en grupos más pequeños.

 Indicó que 2.793 migrantes solicitaron refugio en el sur de la nación y 500 pidieron asistencia para regresar a sus países de origen.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó desplegar 7.000 tropas en la frontera con México para frenar las caravanas.

También el mandatario amenazó con cortar la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador, si no detienen el flujo de migrantes. (I)