Los agentes fronterizos de México con Guatemala abren la puerta de un minibús blanco. Ahí encuentran a diez hombres y 4 mujeres de Camerún que llegaron en avión a Costa Rica y avanzaban con ruta a Estados Unidos.

Kevin Sieff, corresponsal de The Washington Post, explica que los EE.UU. construyeron su aparato de seguridad fronteriza durante décadas. México tiene solo 45 días para lograrlo.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló ayer en 5 puntos los avances para atender la migración. El plan es parte del acuerdo que frenó temporalmente la imposición de aranceles estadounidenses para no afectar a su economía.

Los puntos están centrados en actuaciones de control de migración, mayor personal (6.000 agentes) y departamento de bienestar - para agilitar los procesos- y una mesa de diálogo con los países de Centroamérica.

Sieff detalló que más de 144.000 migrantes fueron detenidos en la frontera de EE.UU. en mayo. La mayoría  ingresó a través de la frontera de México con Guatemala, una vasta extensión de selva y río que la nación latina no protegió y ahora no sabe cómo resolverlo.

El Gobierno de México busca detener el flujo migratorio para que EE.UU. logre convertirlo en un “tercer país seguro”. La medida permitirá que ellos acojan a los solicitantes de asilo que Washington rechace.

Si México no logra la meta -y no obtiene otro acuerdo en 90 días-, el presidente de EE.UU., Donald Trump, reafirmará las tarifas que se inician con el 5% y aumentarían -hasta llegar- al 25% en octubre.

“No vamos a fracasar”, advirtió a la prensa Marcelo Ebrard, ministro de Relaciones Exteriores. No obstante, el canciller reclamó a la comunidad internacional la falta de cooperación.

Por otra parte, las empresas privadas ayer se comprometieron a elevar la inversión del 17,5% al 20% del PIB, para generar recursos y así dinamizar la economía ante la crisis.

Tonatiuh Guillén, titular del Instituto Nacional de Migración, renunció en medio de la tensión. (I)