México: revelan detención de policías por masacre de inmigrantes en 2010
Al menos 17 policías mexicanos, supuestamente involucrados con el cártel Los Zetas, fueron arrestados por la masacre de 72 inmigrantes perpetrada en agosto de 2010 en Tamaulipas (noreste), de acuerdo con un reporte oficial de México difundido este lunes por el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense.
Este informe, realizado por la fiscalía general de México, no aclara sin embargo el resultado final del proceso de los uniformados.
Otros inculpados por este caso aseguraron que policías del municipio de San Fernando -donde ocurrió la masacre- recibían pagos por parte de Los Zetas a cambio de realizar "labores de halconeo (vigilancia) e intercepción de personas", señala la fiscalía.
La gran mayoría de los policías detenidos negaron haber participado en los hechos, pero uno de ellos reconoció "la participación" de directivos de Seguridad Pública y de Tránsito, al asegurar que elementos de esas corporaciones "ayudan a la organización de Los Zetas", entregándoles a la gente que arrestan en vez de llevarlos a la cárcel.
La muerte de los 72 inmigrantes de centro y Suramérica, cuyos cadáveres con huellas de tortura aparecieron el 23 de agosto de 2010 en un rancho de San Fernando, causó profunda indignación en México y la comunidad internacional.
Las autoridades mexicanas sostuvieron que los 72 inmigrantes habían sido secuestrados por Los Zetas y que sus familiares no pagaron el rescate. Posteriormente, los narcotraficantes les habrían exigido sumarse a su cártel, y ante el rechazo, fueron asesinados.
El informe de la fiscalía mexicana divulgado este lunes fue entregado el 10 de diciembre pasado al Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, tras una solicitud realizada a través del mexicano Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (IFAI).
El documento se da a conocer en momentos en que México está conmocionado por la desaparición y presumible masacre de 43 estudiantes en Iguala (Guerrero, sur), donde fueron baleados por policías y sicarios el 26 de septiembre pasado.
La investigación de la fiscalía general -basada en declaraciones de pistoleros detenidos- apunta a que los policías entregaron después a los jóvenes a sicarios del cártel Guerreros Unidos, quienes los habrían asesinado e incinerado. Sin embargo, por el momento sólo han sido identificados los restos de uno de los estudiantes.
Esta tragedia ha detonado la peor crisis de la presidencia de Enrique Peña Nieto, quien asumió el poder a finales de 2012, y ha puesto en evidencia la profunda infiltración del crimen organizado en las fuerzas de seguridad mexicanas.