La fiscalía del estado mexicano de Tamaulipas (este) informó el sábado que los tres cadáveres encontrados el jueves en esa convulsa demarcación corresponden a los jóvenes hermanos estadounidenses que, según sus padres, fueron secuestrados hace dos semanas por escoltas de una alcaldesa de la zona.

"Resultaron positivos los exámenes de ADN que les fueron practicados a los hermanos (de origen mexicano) Erica, Alex y José Ángel Alvarado Rivera", informó el sábado en un comunicado la fiscalía estatal.

Nueve elementos de la escolta de la alcaldesa, Leticia Salazar, de Matamoros -donde presuntamente fueron raptados los tres hermanos-, el jefe de éstos, el secretario de Seguridad Pública (local), Juan Sánchez Alvarado, y otro alto funcionario de esa localidad, rindieron su declaración el viernes, añadió la fiscalía estatal.

Esos individuos "hicieron sus declaraciones y quedaron en libertad", dijo a la AFP una fuente de la fiscalía estatal que se negó a dar detalles de sus declaraciones.

En tanto, la madre de los hermanos Alvarado Rivera "aún no se ha presentado a rendir declaración, por lo que se le volverá a citar", concluyó el comunicado de la fiscalía.

La estadounidense Erica Alvarado Rivera, de 26 años, y sus hermanos Álex, de 22; y José Ángel, de 21, eran originarios de la localidad de Progreso (Texas) y habían cruzado la frontera con México para visitar a su padre.

Los padres de los jóvenes denunciaron públicamente hace días que éstos habían sido raptados el 13 de octubre por hombres armados en el poblado mexicano de Control, al oeste de Matamoros.

La madre, Raquel Alvarado, sostuvo que sus hijos fueron secuestrados tras enfrentarse con hombres armados luego de que golpearon a Erica y a su novio -cuyo cadáver también fue encontrado el jueves- en un puesto de carne asada de Matamoros, una localidad limítrofe con la estadounidense Brownsville (Texas) de 490.000 habitantes.

Raquel Alvarado aseguró, basada en declaraciones de testigos, que esos hombres armados forman parte de la escolta de la alcaldesa de Matamoros.

Tamaulipas, principal puerta comercial entre México y Estados Unidos, es escenario de una violencia atribuida a un feroz enfrentamiento entre los cárteles del Golfo y los Zetas, que fueron aliados hasta 2010.