Más protestas y vigilias tras represión en Bolivia
Cientos de bolivianos se manifestaron ayer con vigilias, concentraciones y huelgas de hambre en diferentes ciudades contra la violencia con la que el Gobierno disolvió el domingo una marcha de indígenas amazónicos en una carretera que atravesará una reserva natural.
Sindicados, indígenas, partidos de oposición y grupos ecologistas y de defensa de los derechos humanos han organizado, además, para mañana protestas públicas, incluyendo una huelga nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización laboral del país.
En la región de Rurrenabaque, donde se reprimió a los participantes en la marcha, la población tomó el aeropuerto para evitar que el Gobierno lo utilice para enviar a unos 300 indígenas retenidos a sus comunidades, informó el alcalde del lugar, Yerko Núñez.
A la par, la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, renunció ayer a su cargo de forma “irrevocable”. “Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma”, señala la carta de renuncia, enviada al presidente.
El Gobierno boliviano, por su parte, negó ayer que haya niños fallecidos o personas desaparecidas tras la represión policial. El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, ex integrante de organizaciones de derechos humanos, dijo que la Policía le asegura que la operación del domingo cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz, no dejó víctimas fatales ni desaparecidos, como informan los medios. Sin embargo, la Conferencia Episcopal católica de Bolivia confirmó la muerte de un niño.
El presidente Evo Morales ordenó el domingo disolver la marcha, que cumplía 41 días, con el resultado de varios heridos y detenidos, un día después de que el canciller David Choquehuanca fuese retenido y obligado a marchar con los indígenas. Llorenti aseguró que la operación se hizo por pedido de un fiscal para impedir que los indígenas se enfrenten con campesinos seguidores de Morales.
El ministro señaló que poco antes de la intervención un grupo de indígenas con flechas hostigó a los policías, por lo que estos dispersaron la marcha, pero el defensor del Pueblo, Rolando Villena, dijo que los agentes la disolvieron cuando los indígenas estaban a punto de cenar.