Más de mil millones viven con alguna discapacidad
Un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM) reveló que más de mil millones de personas sufren de algún tipo de discapacidad, lo que constituye aproximadamente el 15% de la población mundial (6.800 millones), y de ellas una quinta parte se enfrenta a grandes dificultades en su vida diaria.
El estudio, que es el primero global que se publica sobre este problema en 40 años, destaca que muy pocos países cuentan con mecanismos adecuados para responder a las necesidades de las personas con discapacidad.
El número de discapacitados, además, va en aumento en el mundo, lo que se debe al envejecimiento de las poblaciones y al aumento de los problemas de salud crónicos asociados a una discapacidad, como es el caso de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o las mentales.
Entre 110 y 190 millones de los discapacitados se enfrentan a barreras que van desde el estigma y la discriminación hasta la ausencia de adecuados servicios de atención sanitaria y rehabilitación, pasando por sistemas de transporte o edificios inaccesibles.
“Debemos hacer más para romper las barreras que segregan a las personas con discapacidad, en muchos casos forzándolas fuera de la sociedad”, señaló la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.
Debido a los problemas que encuentran, las personas con discapacidad gozan de peor salud, tienen menos éxito en los estudios y menos posibilidades de empleo, al tiempo que sufren mayores tasas de pobreza que las personas sin esta condición, indica el informe.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial instan a los gobiernos a acelerar sus esfuerzos para permitir a los minusválidos acceder a los servicios básicos, así como a invertir en programas especializados que permitan a estas personas desarrollar sus potenciales.
El estudio subraya que en los países de bajos ingresos las personas con problemas tienen un 50% más de riesgos suplementarios de tener que enfrentarse a gastos sanitarios catastróficos.
Además, los niños con discapacidades son menos susceptibles de ir a la escuela y tienen menos posibilidades de mantenerse escolarizados que los niños sin este problema.