Más de 56 muertos en dos atentados suicidas en Libia
Al menos 56 personas murieron este jueves en dos atentados suicidas en Libia, uno contra una academia de la policía en Zliten, en el oeste, y otro cerca de las instalaciones petrolíferas de Ras Lanuf, en el este.
En el atentado de Zliten, un suicida hizo estallar un camión cisterna contra un centro de formación de la policía, informó una fuente de seguridad.
Según un testigo, en esos momentos unos 300 hombres se encontraban en este centro, ubicado a unos 170 km al este de Trípoli.
"Entre 50 y 55 personas murieron y al menos 100 resultaron heridas", había dicho antes a la AFP el portavoz del ministerio de Salud, Amar Mohamed Amar, tras el primer atentado.
Zliten es una ciudad controlada por la coalición de las milicias de Fajr Libya.
El balance podría agravarse ya que varias "víctimas han sido hospitalizadas", explicó esa fuente. El ataque no fue reivindicado.
El vocero del hospital de Zliten Muamar Kadi dijo que su establecimiento recibió al menos 40 muertos y 70 heridos. El hospital de Misrata, a unos 70 km más al oeste, anunció que había recibido cuatro muertos y 50 heridos.
Libia está sumida en el caos con dos gobiernos rivales que se disputan el poder: uno en el este, reconocido por la comunidad internacional, y el otro en la capital, Trípoli, vinculado a la coalición de milicias de Fajr Libya.
En Ras Lanuf, 6 personas murieron, entre ellas un bebé de 16 meses, cuando un hombre hizo estallar su auto cargado de explosivos en la barrera de acceso en el lado oeste de la ciudad.
En la deflagración murieron tres guardias que custodiaban ese punto de acceso a una de las mayores refinerías del país.
"Unirse urgentemente"
Aprovechando el caos, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se ha infiltrado en el país, donde ha reivindicado varios atentados sangrientos.
El EI controla la ciudad de Sirte (450 km al este de Trípoli) e intenta desplegarse en otras regiones.
El grupo yihadista lucha tanto contra las fuerzas del gobierno con sede en el este del país como contra las del instalado en Trípoli.
El lunes y el martes, los combates entre los guardias de instalaciones petroleras y los yihadistas del EI en la estratégica región del norte del país se saldaron con varios muertos y al menos cuatro tanques de petróleo incendiados.
En Twitter, el emisario especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, condenó el atentado y pidió a "todos los libios que se unan urgentemente para combatir el terrorismo".
La ONU intenta instaurar un gobierno de unión nacional en Libia. Kobler insistió en la necesidad de que el parlamento apruebe su formación para que el EI no salga beneficiado.
El 17 de diciembre, miembros de los dos parlamentos rivales y representantes de la sociedad civil libia firmaron en Marruecos un acuerdo político patrocinado por la ONU. Prevé la formación de un gobierno de unidad con sede en Trípoli y debería ratificarse antes del 17 de enero.
Preocupación en Occidente
Los países occidentales están convencidos de la urgencia de actuar en Libia.
El grupo Estado Islámico "preocupa cada vez más" a los miembros de la OTAN "por lo que es posible" que intervengan en Libia, afirma Malcolm Chalmers, director adjunto del centro de reflexión RUSI, en Londres. "El tema es qué tipo de intervención, de qué naturaleza, de qué envergadura. Esto dependerá mucho de la evolución de amenaza de aquí a un mes".
El EI cuenta con unos 3.000 combatientes en Libia, según Francia. Después del asalto a la región petrolera de esta semana, los países occidentales temen que se enriquezca con hidrocarburos, desestabilice a África y exporte yihadistas a Europa colándose entre los migrantes que huyen por el Mediterráneo. (I)