Centenares de maestros armados con piedras, palos y tubos metálicos se enfrentaron este lunes a policías en el estado mexicano de Guerrero (sur) durante una protesta para exigir la localización de los 43 estudiantes desaparecidos tras ataques de agentes locales.

Unos 500 docentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) se trasladaron a Chilpancingo, capital estatal, para manifestarse frente al Parlamento local.

Los maestros chocaron con unos 150 policías antimotines que se encontraban resguardando el lugar, quienes repelieron a los maestros con extintores de fuego.

El enfrentamiento dejó al menos cinco maestros y dos policías con lesiones leves.

En tanto, a unos 300 metros de ese lugar, en la sede del gobierno de Guerrero, unos 200 compañeros de los estudiantes desaparecidos bloqueaban los accesos a las oficinas gubernamentales.

Tras el enfrentamiento en el Parlamento, los maestros de la Ceteg -un sindicato muy organizado y activo para la protesta- se dirigieron a la fiscalía de Guerrero, donde continuaban sus reclamos.

El 26 de septiembre, un grupo de estudiantes de una escuela universitaria de Magisterio de Ayotzinapa, un poblado rural de Guerrero, se apoderaron de varios autobuses para viajar a la cercana Iguala (sur), donde recaudarían fondos para sus estudios.

La policía de Iguala, en colusión con miembros de un cártel local, abrieron fuego contra los autobuses, dejando un total de seis muertos y 43 estudiantes desaparecidos.

Días después de los hechos, se hallaron en la zona varias fosas clandestinas con decenas de cadáveres aún no identificados, entre los que se teme que hayan estudiantes.

El domingo, unas 200 personas realizaron la primera protesta en Iguala (140.000 habitantes) por este caso que ha cimbrado a México, solidarizándose con los familiares de los jóvenes.

Guerrero, gran productor de amapola y marihuana, es una de las regiones más violentas y conflictivas de México con varios cárteles disputándose su territorio e infiltrando sus instituciones.