El presidente argentino, Mauricio Macri, ordenó desplazar de su cargo a uno de los directores del Banco Central, Pedro Biscay, acusándolo de “mala conducta e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

La decisión del Poder Ejecutivo quedó bajo sospecha porque se trata del único funcionario de la entidad bancaria opositor a la política monetaria y cambiaria que lleva adelante el gobierno. Además, la designación de Biscay fue refrendada, en su momento, por el Senado y su mandato vencerá en 2019.

“No están dispuestos a tener una voz crítica en el directorio del banco”, aseguró el funcionario desplazado mediante decreto presidencial (571/2017), y denunció que el objetivo de su salida forzada es “silenciar” sus opiniones negativas sobre la política cambiaria y los elevados niveles de endeudamiento adquiridos en contra del “empleo y desarrollo económico con equidad social”.

La decisión fue comunicada en el Boletín Oficial con la publicación de decreto 571/2017, que lleva la firma del presidente Mauricio Macri, del jefe de gabinete, Marcos Peña, y del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Biscay fue designado en agosto de 2014 por el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, y tenía mandato hasta 2019.

El abogado aseguró que el gobierno pretende tener una voz “monocorde” y rechazó la acusación por mala conducta. “Mala conducta tienen aquellos que no defienden los destinos de la patria”, afirmó Biscay, quien aseguró que iniciará una demanda por entender que “hay una interferencia manifiesta de la independencia del Banco Central” donde dijo que “la gestión del presidente del Central (Federico Sturzenegger) es totalitaria”.  

“Me levanté hoy sabiendo que el presidente de la nación iba a actuar en una clara violación de las garantías constitucionales, dejando de lado un principio básico de nuestra democracia que es la libertad de expresión y de opinar y publicar las ideas por la prensa. Sabía que iba a pasar”, afirmó Biscay. (I)