Quién los ayudará a salir de la crisis, es algo que los argentinos decidirán este domingo 27 de octubre de 2019. Sin embargo, si ninguna de los seis fórmulas presidenciales supera el 45%, el nuevo gobierno será elegido en una segunda vuelta electoral el 24 de noviembre.

De acuerdo con los sondeos, y basado en los resultados de las primarias de agosto, el 48% de los ciudadanos tiene confianza en el equipo Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández. Mientras que el presidente Mauricio Macri y su candidato a la vicepresidencia, Miguel Ángel Pichetto, tienen el 32% de respaldo.

Argentina es, después de Venezuela y Zimbabue, el país con la tasa más alta de inflación del mundo. En 2018 los precios aumentaron el 47,6% y se estima que este año esa cifra supere el 55%, citó la BBC.

Es así que a fines de 2019, 4,5 millones de personas pasarán a considerarse indigentes. Incluso en septiembre el Congreso se vio obligado a declarar la emergencia alimentaria hasta 2022.

“Nunca había visto a mi país sufrir tanto”, dice el joven taxista Manuel durante una entrevista del diario alemán DW.

Manuel tiene 27 años y está preocupado por su existencia desde que estalló la crisis económica en su país. “Nos falta todo. Trabajamos y trabajamos y, sin embargo, no tenemos suficiente para vivir”.

Para muchos argentinos, el culpable de la situación actual es el presidente Macri.

Cuando llegó al poder en 2015 prometió a los ciudadanos un país sin pobreza, empleos estables y una tasa de inflación inferior a 10%. Cuatro años después los argentinos se enfrentan a la crisis más aguda de su historia.

El plan de Macri para liberalizar la política financiera argentina, después de años de proteccionismo, fracasó.

Fue así que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgó a Argentina, en junio de 2018, el crédito más alto de su historia: $ 50.000 millones. Suma que se incrementó a $ 6.300 millones el mismo año. Esto fue seguido por una política de austeridad drástica que resultó fatal para la clase media.

No obstante, Macri asegura que su gobierno ha logrado mucho. Según él, su administración ha traído importantes mejoras de infraestructura al país y fortaleció las relaciones internacionales.

En este agudo panorama, el candidato opositor Alberto Fernández se presenta como el remedio a estos males.

El abogado y profesor de Derecho conoce bien la política argentina. Fue jefe de gabinete del presidente Néstor Kirchner y después de su esposa, Cristina, pero por diferencias se alejaron.

Once años después retomaron su relación. En mayo de 2019 la expresidenta sorprendió con el anuncio de la postulación de Alberto Fernández como candidato presidencial por la alianza Frente de Todos, siendo ella su vicepresidenta.

El discurso de Alberto se distancia del populismo latinoamericano clásico de izquierda y aparece como un peronista pragmático. Es decir, esto lo hace una opción más elegible que la antigua presidenta que, además, tiene abierto 11 procesos judiciales.

En caso de asumir como vicepresidenta el próximo 10 de diciembre, Cristina Fernández seguirá su periplo en los tribunales.

No obstante, para encarcelarla será necesario un juicio político, por la ley de fueros que rige en Argentina desde 2000.

Sin embargo, los procesos que involucran a Kirchner podrían quedar anulados si el Presidente de la República le concede un indulto.

El abogado constitucionalista Daniel Sabsay opinó para Sputniknews: “El que piensa que llegar a la Casa Rosada es para dar un indulto es un estúpido, yo descreo del indulto; los presidentes no están para perdonar a nadie”. (I)