Agrupaciones de derecha quieren que Dilma Rousseff sea inhabilitada para ejercer cargos públicos
Lula es la alternativa que le queda al PT para volver al poder en Brasil
Con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asediado por denuncias en la justicia, el Partido de los Trabajadores (PT) y otras fuerzas de izquierda que prometen resistencia contra el gobierno de Michel Temer, al que califican de golpista, trabajan en varias hipótesis para enfrentar el derrocamiento de la mandataria Dilma Rousseff, depuesta el miércoles pasado tras un juicio político.
El expresidente Lula comandó el viernes una reunión en la sede del de PT en Sao Paulo junto con el titular de la fuerza, Rui Falcão, en la cual analizaron los errores de la agrupación en el proceso contra Rousseff hasta su caída y las opciones a futuro.
Mientras crece la batalla judicial en el Supremo Tribunal Federal sobre el proceso de destitución de Rousseff, el PT trabaja bajo la hipótesis de reconstruir una campaña para que Lula sea candidato en 2018, cuando termine el gobierno de Temer, pedir elecciones anticipadas o crear un frente sin candidatos del PT, dejando lugar a otros dirigentes, como el caso de Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT).
“Vamos a defender las elecciones directas, hubo acuerdo para eso”, dijo uno de los vicepresidentes del PT, el diputado Paulo Teixeira, uno de los legisladores que más defendió a Rousseff en el juicio político.
En el Palacio de la Aurora, la residencia presidencial en Brasilia y preparando la mudanza de Rousseff, el exministro de Trabajo Miguel Rossetto, uno de los principales consejeros de la exmandataria, dijo a EL TELÉGRAFO: “Antes de proponer a Lula, lo importante es que comience la campaña ‘Elecciones ya’, como un forma de informar a la población de que lo que está gobernando hoy no es producto de una elección, sino de un golpe”.
El PT, con Rui Falcão, se opuso durante el juicio político a la propuesta de Dilma de anticipar elecciones, una decisión que causó irritación porque mostró divergencias frente al veredicto del Senado.
Rousseff presentó la propuesta de un plebiscito para consultar a la población sobre nuevas elecciones, una propuesta resistida por los aliados de Temer, ya que uno de los favoritos para la reelección es el Lula, quien a su vez estará ocupado en los tribunales, denunciando la persecución del juez Sergio Moro, del caso Petrobras, que lo investiga por 2 propiedades que no están a nombre del expresidente, pero se lo vincula con las reformas allí realizadas, por parte de empresas involucradas en el escándalo.
Pero la batalla judicial comenzó a jugarse este viernes: en China, Temer, quien viajó a participar de la cumbre del G-20, dijo que le causó “un momento embarazoso” que el Senado dividiera la sentencia a Dilma y, pese a que la condenó a la expulsión, no la castigó con la inhabilitación por 8 años, una jugada de algunos aliados de Rousseff para no enviarla a la muerte política.
Los partidos aliados anunciaron que pedirán al Supremo Tribunal que no se divida la sentencia y que Rousseff sea inhabilitada para ejercer cargos públicos, tal como lo fue en 1992 Fernando Collor de Mello. Pero esto puede abrir “una caja de Pandora”, dijo el jefe de senadores del PT, Humberto Costa.
Es que Rousseff ya presentó su apelación ante la máxima corte pidiendo la anulación del juicio, al que califica de farsa jurídica ya que fue condenada con base en 3 decretos y a subvenciones del presupuesto 2015.
Si los aliados de Temer apelan también, corren el riesgo de anular todo el juicio político, advirtió por Twitter la abogada Janaína Paschoal, autora del pedido de destitución contra Rousseff.
Pero, hablando de hipótesis de cómo sigue la política en Brasil, la palabra de orden es “resistencia”. El primer paso será el 3 de octubre las elecciones municipales, en las cuales el PT prevé una profunda derrota, producto de la caída en la imagen partidaria por los escándalos de corrupción, amplificados por los grandes medios de comunicación, que evitan ahora citar los de Temer y sus nuevos aliados.
Pero existen otras opciones. “Si no se puede hacer la Operación Lula 2018, entiendo que el PT deberá tener un gesto de humildad y pensar en otro candidato, de unidad de la izquierda, sin hacer alianzas con la derecha ni centroderecha como fue hasta ahora y que terminó mal”, dijo a EL TELÉGRAFO el senador Paulo Paim, uno de los líderes del movimiento social de trabajadores afrobrasileños del estado sureño de Río Grande del Sur.
Ese candidato unificador, ungido por una alianza que tiene como modelo al Frente Amplio de Tabaré Vázquez y José Mujica en Uruguay, sería Ciro Gomes, un exministro de Lula y de Fernando Henrique Cardoso, considerado un economista desarrollista que tiene una visión de la izquierda nacional y es un habitual crítico de las elites.
Fue gobernador de Ceará, donde tiene una familia tradicional en aquel estado del nordeste, y es del PDT, la fuerza que reivindica a los laboristas expresidentes Getulio Vargas y João Goulart.
“Lula no descarta a Ciro Gomes candidato, lo único que duda es de su temperamento”, dijo el presidente del PDT, Carlos Lupi. (I)