Los vecinos de Siria piden ayuda para atender a refugiados
Nueva York.- Los gobiernos de Turquía, Irak, Jordania y Líbano pidieron ayer a la comunidad internacional que asuma su parte de responsabilidad frente a las consecuencias humanitarias del conflicto en Siria y que no siga dejándolos asumir solos la carga que implica la llegada masiva de refugiados sirios.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) confirmó que el número de refugiados sirios, registrados en esos cuatro países vecinos de Siria, más Egipto, superó los 2,1 millones, aunque está reconocido que la cifra real es superior.
“Estamos ante uno de los mayores desastres humanitarios de la historia”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, quien reclamó al resto de países que actúen de forma solidaria, aumentando sus contribuciones financieras para atender a los refugiados sirios.
“La situación está llegando a niveles insoportables a menos que la comunidad internacional intervenga”, enfatizó el ministro de Exteriores de Jordania, Nasser Judeh, en una reunión de alto nivel convocada en Ginebra por el Acnur para abordar el éxodo sirio y sus consecuencias. “No se nos puede pedir asumir solos lo que es un desafío regional y global”, agregó Judeh.
El ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, hizo un llamamiento a otros países, principalmente de Europa y de Oriente Medio, para que ofrezcan oportunidades de asilo a los sirios.
Por su parte, el ministro de Asuntos Sociales del Líbano, Wael Abou Faour, subrayó la “responsabilidad moral de toda la comunidad internacional frente a los refugiados sirios” y dijo que la respuesta a esta crisis debe partir de este postulado.
Señaló que, como los otros tres países vecinos de Siria, el Gobierno libanés mantiene una política de puertas abiertas para el pueblo sirio, pero recordó que hay presiones internas (políticas y la opinión pública) para que se impida la entrada de más refugiados y empiece a repatriarse a los que están en el país.
Siria acusa a Occidente
De otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid Al-Mualem, criticó ayer, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, a los Estados que dicen librar una batalla contra el terrorismo y a su vez apoyan a grupos armados que asesinan civiles en Siria.
El canciller sirio se refirió a la situación social mundial y explicó que dichos Estados contradicen sus ideales de lograr un mundo más seguro y mejor, en una clara alusión a Estados Unidos y sus aliados.
Hizo referencia a la idea de intervención militar impulsada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido, pero recordó que más muertes y la agravación de un conflicto no son beneficiosos para nadie.
Recordó que el presidente Bashar al Asad está comprometido a buscar una salida pacífica, pero pidió a la comunidad internacional ver lo que realmente sucede en el país. “Mientras mi país colabora con las Naciones Unidas, los grupos armados usan las armas químicas contra civiles y militares. Hay que detener esto. Siria acepta salida política. Nuestro país es conocido por cumplir sus objetivos y hemos cooperado con la ONU”, afirmó el canciller.
El pasado viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad una resolución presentada por Estados Unidos y Rusia, que contempla el desmantelamiento del arsenal químico del Gobierno de Siria. Esta iniciativa pretende evitar una intervención militar extranjera en la nación árabe.
EXPERTOS DE LA OPAQ LLEGAN AL PAÍS ÁRABE
Inspectores de la ONU finalizaron su investigación sobre la supuesta utilización de armas químicas en Siria y abandonaron el país ayer, un día antes de la llegada a Damasco de 20 expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), encargada de destruir el arsenal químico del régimen.
El presidente sirio, Bashar al Asad, aseguró que acatará la resolución de la ONU, según la cual su régimen debe entregar sus armas químicas para que sean destruidas, bajo supervisión de la OPAQ.
El equipo de seis expertos de la ONU, dirigido por Aake Sellström, finalizó su investigación sobre el uso de armas químicas en siete lugares, cerca de Damasco y en el norte del país, donde el régimen y la oposición denunciaron ataques químicos.
Según la ONU, estos inspectores “recibieron documentos y muestras, además realizaron entrevistas”, y deben entregar su informe antes de que finalice octubre. (AFP)