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El Telégrafo
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Los ucranianos exigen elecciones anticipadas

Los ucranianos exigen elecciones anticipadas
04 de diciembre de 2013 - 00:00

La oposición ucraniana, que se ha adueñado de las calles de Kiev desde hace diez días para vengar su “sueño roto” de acercarse a la Unión Europea (UE), libra ya una batalla preelectoral buscando el adelanto de las elecciones presidenciales de 2015.

Las protestas populares comenzaron el 21 de noviembre, cuando el presidente Víktor Yanukóvich echó un jarro de agua fría a los europeístas al anunciar que Ucrania no firmaría un acuerdo de asociación con la UE, negociado durante años y que supondría un paso gigante hacia la futura integración.

Pero arreciaron desde que el viernes pasado concluyó en Vilna, la capital de Lituana, la cumbre entre la UE y los países de la Asociación Oriental -seis repúblicas exsoviéticas, entre ellas Ucrania- sin consumarse el que iba a ser el principal punto de la agenda, la firma del acuerdo con Kiev.

Al igual que las protestas y el número de manifestantes -que el domingo pasado llegaron al medio millón de personas, según los cálculos de la oposición- también han crecido en intensidad las exigencias de dimisión de Yanukóvich y su gobierno, y los llamados a celebrar comicios presidenciales y parlamentarios.

Ayer, la Rada Suprema de Ucrania (Parlamento), controlada por el Partido de las Regiones (PR) del presidente Víctor Yanukóvich, rechazó el voto de censura contra el primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, Solo 186 diputados apoyaron el texto, presentado por tres grupos de la oposición, cuando se necesitaban 226 votos para que prosperara. Este resultado dejó a las manifestaciones como el principal instrumento de la oposición para presionar al presidente Yanukovich y obligarlo a sacrificar o remodelar el Ejecutivo.

Pero ni la decisión del Parlamento, ni las temperaturas gélidas enfriaron ayer los ánimos de los manifestantes ucranianos concentrados que nuevamente estuvieron en la céntrica Plaza de la Independencia de Kiev, rebautizada como la “Euromaidán” (europlaza).

“No nos iremos de aquí hasta que el tirano de (el presidente, Víktor) Yanukóvich deje el poder. La mayoría de los que estamos aquí somos estudiantes y tenemos todo el tiempo del mundo”, dijo un joven manifestante que prefirió guardar el anonimato.

La ciudad se organiza para resistir con el vivo recuerdo de la Revolución Naranja de hace diez años, cuando tres semanas de concentración pacífica en la misma Plaza de la Independencia lograron forzar la convocatoria de nuevas elecciones después de que el propio Yanukóvich ganara unos comicios denunciados como fraudulentos por la oposición.

Sin embargo, en esta ocasión hay quienes estiman que en la calle se libra algo más que la eterna dicotomía Unión Europea-Rusia en la polarizada sociedad ucraniana, al menos así lo considera el presidente ruso, Vladimir Putin.

Pero el jefe del Kremlin, virtual ganador en la pugna con Bruselas por la influencia sobre Ucrania, vio agriarse su victoria por el estallido de unas protestas ahora “descontroladas”, reconoció el primer ministro ucraniano.

En Armenia, otro de los países de la Asociación Oriental montada por Bruselas para propagar su ideario al Este, Putin indicó que las acciones de protesta “tienen poco que ver con las relaciones entre Ucrania y la UE”, y en cambio obedecen a intereses de quienes “quieren agitar los procesos políticos internos”.

“Se trata de una acción bien planeada de antemano” con la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2015, afirmó el presidente ruso.

Demagogia o no, entre las decenas de miles de personas que se manifiestan estos días en Kiev resuenan con fuerza, en la plaza de la Independencia, las arengas de quienes serían los principales contendientes de Yanukóvich en unos comicios presidenciales.

Uno de ellos es Vitali Klitschkó, el campeón de boxeo, de 42 años, que encabeza el partido UDAR, un acrónimo que en ruso y ucraniano significa Golpe, y que en el último año se ha perfilado como una alternativa real a Yanukóvich.

Su fama de proeuropeo y luchador anticorrupción ha traspasado las fronteras y ayer el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, anunció en una entrevista que había propuesto a Klitschkó “recibirlo en París” como representante de la oposición ucraniana para conocer lo que está pasando.

Y dijo de él que después de haber sido campeón de boxeo “construyó su fortuna con sus puños”, es decir, que “es incorruptible” y además “cree en la democracia”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó “a todas las partes a actuar con mesura, a evitar nuevas violencias y respetar los principios de libertad de expresión y de reunión pacífica”, indicó su portavoz, Martin Nesirky.

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